San Juan Bosco junto con 17 jóvenes fundó el 18 de diciembre de 1859 la congregación salesiana. En la actualidad, son 130 países en donde se han forjado a miles de alumnos a través de su destacada historia. Su fiel discípulo, Domingo Savio, es ícono de la formación salesiana.

Cuando los salesianos llegaron a El Salvador en 1897, iniciaron la construcción de colegios e institutos católicos para educar con la insignia y educación salesiana a niños y jóvenes en todo el territorio. La transformación educativa dio frutos; ya que, la idea de San Juan Bosco era ayudar a los jóvenes, en abrir talleres, en inculcar oficios, en rescatar a niños y jóvenes que no tenían oficio ni beneficio.

San Juan Bosco fue educador y sacerdote, inculcó en los jóvenes valores y oficios para superarse y dejar el ocio. El haber crecido en la pobreza no le impidió cumplir su sueño, su madre Margarita le ayudó y apoyó mucho. Don Bosco aprendió carpintería, sastrería, metalistería e imprenta. Y, sus valores descansan en tres pilares fundamentales del sistema preventivo, la razón, amor y religión. Legado que comenzó en ayudar a los pobres, abandonados y personas en peligro en tomar antivalores.

La pedagogía de la educación salesiana, no consistía en incluir castigos. Don Bosco afirmaba que el maestro debía ser padre, consejero y amigo. De acá se destaca en adoptar el método preventivo. La misma sociedad salvadoreña puede juzgar y sacar conclusiones sobre la aplicación del método salesiano. El que se educó con la enseñanza salesiana recibe valores de por vida.

En cada discurso les inculcaba a los jóvenes el amor a Dios y a la Virgen María. Destaco una de sus famosas frases: “La mejor obra que se puede hacer en este mundo es atraer las almas perdidas al buen sendero, a la virtud”. Por lo tanto, la preparación salesiana ha hecho que surjan colegios de excelencia como: colegio Santa Cecilia, colegio María Auxiliadora, colegio don Bosco, colegio San José de Santa Ana, Colegio Santa Inés, ITEXAL, Instituto Técnico Ricaldone, Escuela Salesiana María Mazzarello, Instituto Salesiano San Miguel, etc. Observar las ferias de logros de las instituciones salesianas es el sello de educación de calidad. En ellos se admiran proyectos que les catapultan hacia el éxito laboral, empresarial y profesional.

El formar carreras técnicas es el legado de San Juan Bosco, recordemos que en el país se necesitan técnicos para trabajar en las empresas o se especialicen para que puedan crear microempresas. Es sorprendente el modelo STEAM que se aplica, eso se evidencia en las exposiciones que realizan al final de cada año. Es sorprendente lo que realizan en el ITEXAL, Instituto Técnico Ricaldone y Colegio Santa Cecilia.

Otro aspecto que caracteriza el legado salesiano son los movimientos juveniles, en donde niños y jóvenes son guiados para convertirse en líderes religiosos. Los excelentes resultados obtenidos en los exámenes de admisión en instituciones de educación superior son el reflejo de su calidad educativa.

Tuve el gusto de estudiar bachillerato en el Colegio Santa Cecilia, el cual fue el primero que se construyó en Centroamérica en el año 1899. Aprendí valores y una educación sólida. El Colegio Santa Cecilia en sus inicios fueron talleres, los cuales llevaban la misión que dejó San Juan Bosco. Este año está cumpliendo 125 años de fundación. Miles son las historias de éxito de los salesianos graduados de sus casas de estudio.

Serán pocos los que, gracias a la educación salesiana, no alcanzaron sus sueños, de convertirse en profesionales o empresarios exitosos. Los salesianos seguirán ayudando a la sociedad, seguirán inculcando la semilla del bien. El sueño de San Juan Bosco continua su trabajo junto con la Familia Salesiana. ¡Salve Don Bosco Santo, joven de corazón!