¿Puede el ejército israelí destruir Gaza? Claro que puede hacerlo. En estos momentos lo está demostrando. ¿Hamás puede derrotar al ejército israelí? De ningún modo puede. De hecho, la feroz y despiadada acción de las fuerzas de Hamás del 7 de octubre pasado en territorio de Israel no fue dirigida contra las tropas israelíes, sino contra población civil. El saldo fue de 1400 muertos y más de 242 rehenes que fueron llevados a Gaza. La respuesta del gobierno de Israel, conservador a ultranza, tiene las mismas características que las del ataque de Hamás, e incluso en dimensión mortífera va más allá dada su superioridad militar.

¿Sabían los dirigentes de Hamás que los ‘halcones’ israelíes reaccionarían con contundencia destructiva? Sí, lo sabían. Como lo sabían Osama bin Laden y los de Al-Qaeda cuando el 11 de septiembre de 2001 derribaron las torres gemelas de New York y causaron aquella espeluznante mortandad de inocentes y provocaron un impacto simbólico en el imaginario colectivo. Los dirigentes de la primera potencia mundial reaccionaron, aturdidos, y fueron en pos de venganza al otro lado del Atlántico. Y ya se sabe todo lo que hicieron.

El ejército israelí no tiene el alcance del norteamericano, pero no le va a la zaga a la hora de doblegar a los que consideran sus enemigos. Y Hamás es uno de sus enemigos acérrimos. No es el único, porque el enrevesado escenario de Medio Oriente está plagado de adversidades (las que hay entre las fuerzas palestinas, de Hamás y de Fatah, no son menores) de diferente signo, rango e intensidad, y donde la realidad político-administrativa llamada Israel (el país ‘nacido’ en 1948) es la piedra de toque del cuadro de guerra imperante.

¿Y hablar de Hamás es sinónimo de toda la población palestina? No, de ningún modo. Incluso los cerca de 2 000 000 de palestinos que viven apiñados en el territorio de Gaza no deberían ser considerados como adherentes a Hamás. Y tan no es así, que hace unos días unos 18 000 palestinos de Gaza que trabajaban dentro de Israel fueron expulsados a Gaza. Sin embargo, el ejército israelí obvia esta realidad al lanzar sus indiscriminados bombardeos que causan miles de muertos y de heridos (incluida población infantil).

¿Nadie puede parar al ejército israelí y a la fuerza política ultraconservadora que lo manda? Quizá sí, aunque parezca que no.
En Israel, ¿todos quieren acabar con los habitantes de Gaza? No, quizás solo las jefaturas y mandos del ejército israelí y algunos otros filones conservadores.

¿Tiene aliados de peso el ejército israelí y sus soportes ultraconservadores en Medio Oriente? No. Pero ha contado siempre con el respaldo absoluto del gobierno norteamericano (se trate de uno republicano o de uno demócrata).

La reivindicación de algunos sectores de la causa palestina (entre ellos Hamás) de no reconocer la existencia del Estado de Israel, ¿es realista? No. La pretensión de los distintos gobiernos israelíes de mantener bajo asedio a la población palestina (tanto en Gaza como en Cisjordania —incluida Jerusalén este—) años y años, y no permitir su libre desenvolvimiento material y espiritual, ¿es realista? Por supuesto que no. Pero ha sido su herramienta de contención y lo que sigue alimentando esa guerra ‘interminable’.

La población palestina es de cerca de 10 000 000. En Gaza hay un aproximado de 2 000 000, son como 3 000 000 en Cisjordania y los otros 5 000 000 son refugiados y desplazados en varios países cercanos (Jordania, Siria, Líbano, Arabia Saudita; ¡y hay medio millón de origen palestino en Chile!), ¿y por qué no tienen derecho eso millones de palestinos a existir como un Estado cuyo vecino sería Israel?

El problema por resolver no es la existencia del Estado de Israel, porque ya existe. Lo que hay que convertir en ‘realidad completa’ es arribar a la conformación definitiva del Estado de Palestina. Querer situar las cosas en otros términos es continuar perpetuando el martirio en la zona, sobre todo de los palestinos.

¿Se trata de respaldar las acciones de Hamás como las del 7 de octubre? No, para nada. ¿O se trata de dar un cheque en blanco al ejército israelí para que triture a los habitantes de Gaza? Tampoco. No hay camino de solución por la vía militar. ¿Es que hay interés en acabar con esta absurda situación de aniquilamiento? Al parecer la hipocresía planea por todo esto. Los vendedores de armas a gran escala ¿quisieran que esto terminara? No. Su razón de ser está en que este y otros escenarios sigan activos. ¿Y quiénes son estos grandes vendedores de armas? La respuesta es fácil: los mismos que a través de vocerías políticas se desgarran las vestiduras pidiendo la paz.