Una de las cosas que yo he mencionado con respecto a este gobierno de eventos y lucecitas, es que no ha erigido los fundamentos de una sociedad que avanza hacia al desarrollo en la realidad y no solo en el discurso, al contrario, hay un comportamiento similar al de los otros gobiernos anteriores: escasa o nula inversión extranjera, mal manejo del presupuesto, pocas obras de infraestructura que generen empleo, muy pocas fuentes de empleo que pongan dinero en el bolsillo de los ciudadanos y que éstos lo hagan circular, etc.

Otro de los temas, que también he mencionado en anteriores entregas es sobre la educación, y recién la semana antepasada salieron los resultados de la famosa prueba PISA, que evalúa y compara a estudiantes de varios países del mundo sobre ciencias y matemáticas, pero eso lo dejaré para otro día.

Antes de continuar sobre el tema económico, los que pasamos analizando la realidad de nuestro amado y pequeño país nos preguntamos, ¿cuáles son los planes del Presidente para desarrollar al país? ¿Cuál es el modelo en el cuál se basa? Al menos, ¿qué corriente o escuela de pensamiento de política económica es su inspiración?

Algunas luces hay, pero son más las sombras, la penumbra y la oscuridad que campea sobre dicho terreno.

Esta semana me cayó en las manos el último estudio de la respetable Cepal, que no miente ni maquilla (a menos que le cierren la puerta en las narices, y aún se las arregla).

Al ver los índices de desarrollo actuales y los proyectados para el próximo año para determinados países, números que demuestran que las cosas allí sí las estás haciendo bien, se me corren las lágrimas de envidia, como el caso de Panamá. ¿Qué hacen los panameños que podría este gobierno imitar?

Hay casos ridículos, como el de Guyana, que quizá sea por la explotación petrolera de la zona del Esquibo, esa a la cual la empobrecida y caótica Venezuela del heredero de Hugo Chávez, el disloco Nicolás Maduro, y del cártel de Los Soles, quieren ahora caerle encima. Guyana aparece con un índice de desarrollo económico del 39 %. Pareciera como si los pozos petroleros se cuentan por miles y en el territorio vivieran solo 200 personas.
La mayoría de países tiene un sensato (aunque aún no saludable) 4 o 5 % como Paraguay, Costa Rica y varias islas del Caribe. Éstas tienen una situación muy particular, porque tienen un turismo ultra desarrollado y/o son paraísos fiscales, y sus respectivas poblaciones son pequeñas. No cuentan para que las comparemos con nuestro territorio que es más grande y con muchas más personas a las que dar trabajo, satisfacer sus necesidades y desarrollar.

Pero en lo que concierne a los países latinoamericanos, ya que no tenemos un gobierno que nos diga cuál es el modelo a seguir, por lo menos deberíamos preguntarnos, ¿qué es lo que están haciendo estas naciones hermanas? No es nada del otro mundo averiguarlo.

El secretario general de la Cepal, José Manuel Salazar Xirinachs, lo resume así: “Es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para potenciar la movilización de recursos”.

Lo último es tan importante que hay que repetirlo: políticas de financiamiento a emprendedores que demuestren capacidad, conocimiento, experiencia y responsabilidad, ayudándolos en capacitaciones constantes (y de buen nivel) en contabilidad, manejo de Excel financiero, manejo de inventarios, recursos humanos, publicidad y mercadeo, control de calidad, etc.

El estudio establece que los países del istmo han tenido este año que finaliza, los siguientes índices de desarrollo del PIB (%): Panamá 6.1, Costa Rica 4.9, Guatemala 3.4, Honduras y Nicaragua ambos con 3.3, y El Salvador, abajo, siempre abajo, tanto hoy, como ayer, como con los anteriores gobiernos con un 2.3.

Por lo menos ya no oscilamos entre el 1 y 1.5 %, que venía siendo casi un estancamiento con los cambios de la economía, principalmente la inflación, pero un 2.5 % aún es insuficiente, muy lejos de un 5 % que es el piso digno para el arranque de verdad.

Si el desarrollo económico en el país no ha mejorado y, como prometo mencionar en otra entrega, la educación tampoco. ¿De qué se jactan los de Nuevas Ideas y su líder máximo, el reeleccionista?