Cerca de las 13:00 horas del martes 14 de marzo pasado sobre el bulevar de Los Próceres, en San Salvador, un furgón sobrecargado y al que se le fueron los frenos arrastró y destrozó a unos 32 vehículos, provocando dos muertes y al menos 15 heridos, algunos de gravedad. En esa ocasión se determinó que la rastra transportaba una sobrecarga de 7.9 toneladas, lo que habría generado que el freno no respondiera y que el conductor no pudiera evitar el múltiple accidente con fatales consecuencias. Tras ese fatal accidente surgieron voces de denuncia que sugerían rigidez en la aplicación de las leyes contra los propietarios de rastras, furgones y camiones pesados. Diputados, funcionarios de gobierno, empresarios, comerciantes y el público en general opinaban al respecto y hasta se llegó a hablar de controles estrictos para evitar más hechos similares.

Desde ese 14 de marzo hasta la fecha han ocurrido decenas de accidentes provocados por este tipo de medios de transporte. En la Troncal del Norte, en el bulevar del Ejército, en la autopista al Aeropuerto, en la carretera Panamericana, en el bulevar Integración y en plena capital se han repetido accidentes fatales en los cuales se han visto involucrados rastras, furgones y camiones de carga. Accidentes que han provocado muertes, lesiones graves y cuantiosos daños materiales.

Él último de estos graves accidentes ocurrió la tarde del jueves de la semana pasada cuando el conductor de un tráiler perdió el control por desperfectos en los frenos y se estrelló contra siete vehículos en el bulevar de Los Próceres, provocando al menos 15 lesionados, algunos de gravedad- El hecho ocurrió justo en el mismo lugar donde el 14 de marzo pasado sucedió el percance vial con los 32 vehículos. Un video publicado en redes sociales permite ver el momento en el cual el tráiler se desplaza a toda velocidad golpeando los vehículos hasta detenerse en el muro de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Es evidente, según el video, que el conductor intentó aminorar los daños al buscar estrellarse contra el muro.

Las pruebas de antidoping realizadas al conductor, determinaron que éste no había consumido ni drogas ni bebidas alcohólicas. La anomalía descubierta está en la tarjeta de circulación donde se especifica que el tráiler es de tres ejes, pero en realidad solo es de dos ejes, por consiguientes con menos capacidad para transportar carga. Es decir que alguien mintió a propósito y dio información falsa. Yo no puedo matricular un microbús diciendo que es para 35 pasajeros cuando en realidad su capacidad máxima es para 20. Se requiere que haya un control honesto y responsable de las entidades que emiten esas matrículas. En conclusión, el tráiler conducido por Ismael Antonio Mejía (detenido) transportaba desde el Puerto de Acajutla hacia Soyapango una sobrecarga y esa fue la causa del desperfecto de los frenos y por consiguiente de los siete vehículos dañados y las 15 personas lesionadas, cuyas navidades serán tristes.

Aquí cabe investigar a los dueños del tráiler por la falsedad denotada en la tarjeta de circulación, a quien sobrecargó el tráiler, a quien hizo caso omiso de la sobrecarga (controladores). Alguien debe de correr con los gastos de indemnización para las víctimas y no necesariamente debe ser el Estado. A los transportistas de carga hay que obligarlos a responder por los daños, ya sea vía seguro o con parte de su patrimonio.

El accidente de marzo pasado debió ser el punto de quiebre para una política integral hacia el transporte de carga, Se debió endurecer y volver obligatorios los controles en el trayecto. Incluso se debió crear una estrategia para que el transporte de carga circule solo de noche y crear rutas especiales, al igual que la ruta cañera. Es obvio que el transporte de carga es distinto al de la zafra, pues las rastras cañeras tienen un destino fijo, pero se trata de buscar alternativas para hacer menos complicado el tráfico y reducir los percances viales de fatales consecuencias. A veces tenemos tan corta memoria que pronto olvidamos y solo recordamos cuando sufrimos experiencias similares. En marzo hubo voces exigiendo un plan para el transporte de carga y hubo promesas y hasta compromisos de entidades del Estado. Una de las promesas fue que no se volvería a permitir furgones con sobrecarga pues los controles se endurecerían, pues es evidente que no existen esos controles o que simplemente fallan por cualquier circunstancia, porque nuevamente otro fatal accidente fue generado por un furgón con sobrecarga.

El parque vehicular ha crecido y sigue creciendo en exceso y no se percibe una política para solucionar el problema de la congestión vial a escala nacional. Siempre se ha sabido que diciembre es el mes de los congestionamientos diarios a toda hora del día, pero nunca se ha presentado una política integral que solucione dicho problema de manera total o parcial. Las rastras y furgones se siguen quedando varados y continúan ocasionados accidentes y congestionamientos en cualquier sitio. A veces un choque sin daños ni lesionados es motivo de descomunales trabazones porque caprichosamente nadie quita sus vehículos. No tenemos un sistema de grúas que funcione de inmediato para retirar lo antes posible a los vehículos involucrados, las calles siguen llenas de obstáculos, los horarios laborales siguen iguales para todos... en fin, el calvario del tráfico vial continúa. Cuando nuevamente otra rastra arrase con otra gran cantidad de vehículos y provoque decenas de heridos y hasta muertos, volveremos a hablar sobre el tema. Poco o nada habrá cambiado el contexto.