Así como en materia de cambio climático existe el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, enfrentar la pandemia del Covid-19, también es una tarea compartida entre todos los sectores de la sociedad, tanto públicos como privados, pero la magnitud de esa responsabilidad depende de las funciones, roles, alcances y sobre todo del poder que cada uno tenga.

Por ejemplo, como ciudadanía nuestra principal responsabilidad es cumplir con las medidas de prevención para evitar la propagación del virus: lavado constante de las manos, uso de mascarillas y cumplimiento del distanciamiento social. Esto es particularmente importante en el seno de nuestra familia y amistades. Si bien los decretos que restringían la movilidad y las reuniones ya no están vigentes, eso no debe ser interpretado como una licencia para celebrar fiestas, reunirnos con nuestras amistades, hacer viajes a la playa u organizar partidos de fútbol; si podemos quedarnos en casa, es nuestra responsabilidad hacerlo.

Estar lejos de la familia y de las personas a las que se quieren, que la única forma de contacto sea a través de una pantalla y que hasta la salud mental esté padeciendo estragos es sumamente difícil, lo sé, pero ahora mismo la forma de cuidarnos es cuidando a los demás, manteniendo la distancia, para que cuando nos volvamos a abrazar no nos falte nadie.

Por otra parte, está el sector privado empresarial, cuyas responsabilidades van desde adaptar sus procesos de producción, distribución y comercialización a las demandas sanitarias de la coyuntura, respetar de manera irrestricta los derechos laborales, hasta reconocer que la reactivación de la economía debe realizarse progresivamente, y que algunas de las actividades, por su naturaleza, aún deberán esperar para reanudarse. Este es el momento para que el espíritu de emprendimiento e innovación brille en las prácticas empresariales, para que la reactivación no se realice a costa de la salud y seguridad de los y las trabajadoras.

Y claro, también tenemos que hablar sobre las responsabilidades de los tres órganos del Estado, que son los actores, no está de más decir, que mayores responsabilidades tienen y cuyo desempeño resulta determinante en la lucha contra la pandemia. Por ello la importancia que trabajen de manera armónica. Recordemos que la finalidad y principal responsabilidad de cualquier Estado, y específicamente de una gestión gubernamental, se puede sintetizar en la garantía y cumplimiento efectivo de los derechos y del bienestar de las personas, para ello debe de hacer uso de todas las herramientas de la política pública que la ley le confiere.

Quizás la responsabilidad más grande, y que más se ha ignorado en este caso, es que la toma de decisiones de política pública para enfrentar la pandemia se tome con base en criterios técnicos, especialmente en materia sanitaria, y dejando a un lado los intereses partidarios de cara a las elecciones del 2021. De nada sirve producir spots y cadenas nacionales, inaugurando hospitales, recibiendo donaciones o llamando héroes al personal de salud, si en la práctica se carece de una política pública sanitaria que defina los protocolos de atención dependiendo de la gravedad de los y las pacientes; que promueva una mayor cobertura, aprovechando la estructura territorial del propio sistema de salud público; que garantice que el personal en la primera línea de atención tenga los insumos básicos que les protejan del virus –porque llamarlos héroes o heroínas no los protege–; y que además, en lugar de crear temor y miedo ante el virus, eduque y concientice a la población sobre cómo prevenir la enfermedad y cómo actuar ante un contagio.

Asumir la responsabilidad de hacer política pública con base a criterios técnicos, transparencia y rendición de cuentas, resulta urgente, en especial en un contexto en el que se discute la necesidad de un nuevo período de confinamiento, ¿esta debe hacerse a nivel nacional o delimitada a ciertas áreas geográfica? ¿Cómo se va a definir su duración? El bono de los USD300.0 y los paquetes de alimentos ya se entregaron, la posibilidad de diferir el pago de servicios básicos ya no está vigente para el próximo mes, entonces ¿qué medidas de política económica acompañarán las acciones sanitarias para que las personas puedan quedarse en sus hogares sin que eso signifique que deban preocuparse por darle de comer a sus familias?

La posibilidad de poder hacer frente a esta pandemia depende de que cada quien asuma las responsabilidades que le corresponde.