Pablo Hernández fue llevado al juzgado, ayer. / Rosa Fuentes


El Tribunal de Sentencia de Usulután aplazó el juicio en contra de Pablo Dolores Hernández, de 72 años de edad, por el delito de violación en menor o incapaz agravada continuada, y se reprogramó para el próximo 3 de abril, debido a que no asistieron tres testigos de la Fiscalía General de la República.

Hernández es el padrastro de Imelda Cortez, la joven que estuvo acusada de homicidio tentado en perjuicio de su hija y que pasó más de un año en cárcel por ello; fue absuelta el pasado 18 de diciembre de 2018.

Ayer, el defensor de Hernández, Juan Francisco Cruz, no negó que haya existido una relación sexual sino “fue una relación consensual que no constituye delito,” dijo Cruz.

Tanto defensa como la fiscalía presentarán a un mismo testigo: la madre de Imelda Cortez. Según el defensor, el contenido del testimonio de ella “no era tan atractivo”, para la fiscalía.

Según la Fiscalía, Hernández abusó de Cortez por siete años seguidos hasta que quedó embarazada y dio a luz a una bebé, en un parto extrahospitalario que fue catalogado como intento de homicidio de la joven por las autoridades.

Cruz Mayora admitió que si su defendido es declarado culpable podría pasar hasta 20 años de cárcel por el delito de violación.

La fiscalía ha presentado como prueba un examen de ADN de la menor, hija de Cortez y de Hernández, en la audiencia preliminar y eso fue determinante para enviar al septuagenario a juicio.

El Juzgado de Primera Instancia de Jiquilisco, en Usulután, también valoró exámenes psicológicos, hechos por el Instituto de Medicina Legal a la joven Imelda Cortez. Cuando la joven fue liberada, colectivos feministas dijeron que la respaldarían y apoyarían para prepararla para esta audiencia, donde comparecerá como víctima.