El sacerdote de la Compañía de Jesús, José María Tojeira, rindió su declaración ante la Audiencia Nacional Española, hoy, en el juicio en contra del excoronel Inocente Montano, único procesado por la masacre de 1989.

En su relato, Tojeira dijo que el vivía a 40 metros de la casa donde fueron asesinados los jesuitas y el lugar era muy vigilado por la Fuerza Armada, porque cerca había un cafetal, donde recientemente, la guerrilla había intentado ingresar al Estado Mayor.

El sacerdote dijo que él despertó en la madrugada -calcula fue a las 2:00 de la mañana- y escuchó "unos tiros secos" y luego un tiroteo que duró 20 minutos y más tarde, un compañero de él vio dos luces de bengala que iluminaron el lugar. Asumieron que se trataba de un tiroteo en la calle, dado que en la noche, un grupo de militares estaba enfrente de su residencia.

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Sin embargo, en la mañana, el esposo de Elba Ramos -la cocinera de los jesuitas- llegó a avisarles que habían matado a su esposa, a su hija y a los jesuitas.

Tojeira dijo que salió y vió la escena. "Ellos estaban en el suelo, boca abajo apoyando la cabeza en el brazo, habían disparos en la cabeza, en la espalda y en el brazo, solamente Martín Baró tenía un disparo en la parte posterior de la cabeza; excepto el salvadoreño que estaba boca arriba y que tenía… según nos contaron algunos los que participaron en el asesinato, el padre López y López, él se escondió en un cuarto …al salir le vieron y le dispararon directamente de frente", relató el ahora director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA.

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El testigo recordó que el 13 de noviembre, los militares habían hecho un cateo en la casa de los jesuitas, que fue pasado por alto, porque no era la primera vez. "Después del asesinato, pensamos que fue una inspección para ver si el padre (Ignacio) Ellacuría estaba ahí", dijo porque les habían pedido sus nombres.

Tojeira también dijo a la Audiencia Nacional Española que concluyeron que se trató del Ejército, porque a 700 metros del lugar de la masacre está el Estado Mayor de la Fuerza Armada, a 400 metros "en línea recta", está el edificio de la Inteligencia Militar y a 200 metros, la Torre Democracia, donde permanecían soldados y francotiradores "había visibilidad del lugar donde los mataron, aunque era de noche, estos los que estaban ahí tenían visores nocturnos", dijo.

"Hace cinco años vino a visitarme un soldado que estaba en la torre democracia, francotirador, y me contó que vieron con visores nocturnos lo que estaba pasando, mientras estaban matando a los padres; informaron al Estado Mayor y del Estado Mayor les dijeron que no contaron nada a nadie, eso es un poco, prueba posterior si quieren, pero lo objetivo era un lugar muy cuidado, muy vigilado, antes de acostarme a eso de las 10:30 y 11 de la noche me asomé a una terraza que teníamos en la casa y vi que enfrente de mi casa había un grupo como de unos 25 soldados, estaban sentados en la escalinata de un pequeño súper que había, entonces enfrente de la casa donde yo vivía, pero era un lugar muy cuidado porque cerca había un cafetal y el día de la Ofensiva los guerrilleros habían entrado por el lado del cafetal, para atacar, supongo yo el Estado Mayor, habían sido repelidos, etc y entonces había siempre vigilancia ahí; entonces un lugar bien vigilado, al lado de puestos claves: Estado Mayor, Inteligencia Militar del Ejército, se produce un tiroteo de 20 minutos, una noche con toque de queda y el Ejército no llega, a pesar que 40 hombres entraron en la UCA, evidentemente, es que fueron ellos, esa era la conclusión a parte de dos testigos", aseguró Tojeira en su testimonio.