En marzo del 2020 el año escolar en todos los niveles cambió de un solo golpe. Recuerdo esa tarde que me fui para mi casa para iniciar el teletrabajo. Nunca lo había hecho. Recuerdo a unos estudiantes que iban en esos momentos a clases y me preguntaron si las clases para maestrías también estaban suspendidas.

Los colegios, escuelas y universidades esperaban ver a los estudiantes aprendiendo sentados en sus pupitres. Los padres de familia continuarán otra vez desempeñando doble papel: el de padre y maestro. Difícil es para los padres de familia analfabetas y sus hijos están en el proceso de aprender a leer y escribir. Por lo visto, el año escolar será en modalidad virtual. Se había comunicado que tendríamos clases semipresenciales.

Los padres de familia ya no están buscando cuadernos y libros como años anteriores; además, muchos estudiantes de colegios privados se cambiaron a instituciones públicas y muchos padres de familias quedaron sin empleo. Ojalá que los paquetes alimenticios sean dados a los padres de familia; ya que, muchos niños y jóvenes asisten a la escuela con la esperanza de recibir alimentos.

El año escolar 2021 comenzará con la interrogante ¿Cómo harán los estudiantes que no tienen Internet o no cuentan con el equipo para el proceso enseñanza-aprendizaje? Para las familias acomodadas o con facilidades de pagar mensualmente Internet, no habrá problemas.

Realicé una investigación “Las clases virtuales en tiempos del Covid-19”, en donde interrogué a 281 alumnos de universidad y bachillerato. En la interrogante ¿Qué debe mejorar el centro escolar, colegio o universidad con respecto a la educación virtual? Algunas respuestas fueron “Se debe capacitar a los docentes de cómo utilizar las plataformas, esto incluye a docentes del sector público que tienen que aprender a trabajar con los recursos que se tienen”, “Menor cantidad de tareas, “Que la plataforma no sea lenta y tratar de dejar actividades aceptables donde el estudiante aprenda pero no se estrese”.

Es de analizar las respuestas anteriores y de realizar una reingeniería para que todo salga bien; sin embargo, ¿cómo harán los estudiantes que hasta tienen que subirse a un árbol para tener señal?, ¿podrá el Gobierno suministrar todo el equipo a más de un millón de estudiantes a nivel nacional? El MINEDUCYT tiene un reto de mejorar la calidad educativa, con la virtualidad se enfrentan a otros problemas.

\Con respecto a las plataformas de enseñanza globales, Zoom seguirá siendo la reina. Según la ministra de Educación Karla Hanania, solamente faltan 12,000 docentes que se capaciten en Classroom. Por otra parte, en los colegios privados y universidades tienen su propia plataforma educativa para enseñar. El problema es para los centros escolares públicos. La pandemia vino a desnudar más las desigualdades sociales.

Recordemos que el año pasado 7,000 estudiantes de la Universidad de El Salvador dejó de estudiar por falta de Internet, ¿ya resolvieron ese problema?, ¿podrán también ellos tener una computadora y acceso a Internet para poder educarse sin problemas?, ¿cómo hacer para erradicar la deserción escolar en los diferentes niveles?

Sé que el aprendizaje virtualmente no es la misma que presencialmente, los alumnos que anhelan aprender llevan en sus carros los celulares y se conectan a las clases, también en los buses se colocan los audífonos para aprender. Los alumnos poco interesados solamente se conectan a las clases y pierden el interés del aprendizaje. Los estudiantes también se enfrentan a otros problemas: al estrés de ver a familiares y amigos fallecidos por la Covid-19, a estar encerrados en sus hogares, entre otras.

Analizo que las deficiencias continuarán, me pongo a pensar que la práctica educativa, la enseñanza por competencias no serán las mismas. Por ejemplo: no se puede enseñar óptimamente y eficazmente a estudiantes del doctorado en Medicina. Los estudiantes en otras carreras también tendrán que hacer prácticas educativas para poder desempeñarse en el futuro sin problemas.

El año escolar arranca con muchas dudas y con un sistema educativo al que le ha tocado trasladar el proceso enseñanza-aprendizaje a la virtualidad. En cada hogar se seguirán haciendo esfuerzos para poder tener el equipo idóneo y conectividad. Ojalá no haya muchas deserciones. Les auguro éxitos a los que, a pesar de las dificultades, saben que la educación es primordial para sacar del subdesarrollo de este país.