Juan José Borja Papini, presidente de Diario El Mundo y del Grupo Borja


El presidente de Diario El Mundo, Lic. Juan José Borja Papini, cuenta en esta entrevista cómo el pluralismo es uno de los grandes valores de El Mundo desde su fundación, gracias al pensamiento de su principal fundador, su padre. Don Juan José cuenta cómo la actitud de Diario El Mundo ante las vicisitudes propias de la época bélica, su decisión de impulsar cambios constantes a partir de los Acuerdos de Paz y ese pluralismo es que han permitido a este medio de comunicación cumplir sus primeros 50 años, y lo que proyecta permitirá, en un futuro, cumplir un siglo.

 

¿Cómo se fundó Diario El Mundo?

Siempre ha habido una gran alegría y muchos recuerdos de la inauguración, fue una situación difícil en aquel momento, para lograrlo. Mi familia, mi papá, compraron un periódico, La Tribuna Libre, estuvieron trabajando durante un año y tomaron la decisión de cambiar el formato, la máquina de impresión, el tipo de noticias, el tamaño y así fue como Diario El Mundo, hace 50 años, se instala y se imprime por primera vez en una máquina offset, con una técnica que hace 50 años era muy innovadora. Sale con la idea de ser un vespertino, con el eslogan “Las noticias de hoy, hoy mismo”, que nace con muchas novedades. Por ejemplo, fuimos el primer periódico que no tenía pases de noticias, posteriormente el diario era mucho más gráfico, tenía mucho más fotografías, se sacaron secciones como el “Resumen de la Semana”. ¿Vespertino por qué? Se quería diferenciar de los otros actores del país, en muchas otras ciudades del mundo había grandes periódicos vespertinos como Le Monde de Francia o San Francisco Chronicle. Nació con una línea editorial diferente, más moderna, más investigativo, crítica, con visión a largo plazo. Eso le ha dado la posibilidad de vivir 50 años a Diario El Mundo, nacimos sin ser un periódico para algo, por alguien, sino que tenía la visión de llegar a estos 50 años y a otros 50 años por los que estamos trabajando.

 

¿Cómo recuerda la visión de su padre sobre la fundación de Diario El Mundo a pesar de momentos de crisis?

Mi padre era una persona que creía en la pluralidad, en las diferentes opiniones, que venía de una educación europea, en la cual se podía hablar y discutir de diferentes corrientes, eso es lo que se trató de transmitir como línea editorial. Tuvo la gran suerte de estar rodeado de personas muy capaces, vanguardistas, en la redacción y en la administración, don Cristóbal Iglesias, por muchísimos años el director y el padre de la redacción, una persona de mucha capacidad, de mucha reflexión, de una gran pluma, el famoso “Hilarión Juárez”. El gran escribidor, como él decía, era, ha sido y va a ser don Cristóbal Iglesias. También, Rodolfo Vásquez, Edgar Rivas. Diario El Mundo siempre tuvo ese dinamismo, esa forma diferente de la presentación de las noticias, que mi padre creía que era bueno para El Salvador, veía necesario que se transmitiera la noticia de otra manera para evitar lo que desgraciadamente llegó en los años 79 y 80. Mi padre siempre creyó importante discutir las ideas para el progreso de El Salvador y Diario El Mundo es un reflejo de eso.

 

¿Cómo vivía su padre el día a día del diario?

Es bien importante poder decir que Diario El Mundo es parte de un grupo empresarial. Era el diario una parte de un portafolio empresarial, al cual le dedicaba mucha cabeza, mucho tiempo y muchas ganas. Era una tarea difícil, innovadora, diferente. Y sí había muchas anécdotas, una era la salida tarde, era la cacería diaria de cada noticia, miles y miles de portadas donde fuimos los primeros en dar la noticia, la llegada del Papa, la firma de la paz, los terremotos. La vida en El Salvador era mucho más temprano y no existían los desarrollos tecnológicos de hoy, no existía internet y el diario jugaba un rol informativo muy importante, pero no solo por ser vespertino, sino por su diferenciación noticiosa. Es lo que también durante la guerra lo diferenció bastante, fue un periódico abierto a informar la realidad nacional. Era el medio en el cual las organizaciones internacionales veían como el periódico que los informaba más objetivamente sobre lo que sucedía en ambas partes. Recuerdo que una persona de alto nivel de una Embajada decía que el diario le daba la radiografía del país. Ese era el gran esfuerzo del día a día. El convivir entre las necesidades empresariales y las necesidades de una redacción siempre es una situación difícil de combinar, pero creo que el diario lo ha hecho muy bien, siempre ha tenido editores y jefes de redacción muy comprometidos durante periodos largos, comenzando con don Cristóbal Iglesias, posteriormente Ricardo Chacón y desde hace más de 10 años está Álvaro Cruz Rojas, ha sido un periódico muy estable.



¿Cuáles son sus primeros recuerdos de Diario El Mundo?

Alegría, caos, dinamismo, discusión, movimiento. Íbamos de niños, era la costumbre de mi papá, de llevarme bastante a la oficina, yo siempre era curioso, había mucho qué hacer, cómo se armaba el periódico. Una alegría casi todos los días. Un periódico es un nuevo producto todos los días, eso es lo difícil pero lo lindo de esto, lo que no se puede imitar todo el tiempo. Eso era constante en el diario, la noticia de hoy hoy mismo, obviamente había días que no y por eso se trabajan temas que siempre se preparaban con anticipación.

 

¿Qué le decía su padre de Diario El Mundo?, ¿que alguna vez lo dirigiría?

Nunca me dijo eso, pero mi papá creía claramente que el diario era el mejor, el más “chachimbón”, decía él, el más vanguardista. “El Mundo lo dice antes” era típica frase de él. Creo que se tiene que dividir en diferentes épocas, el entusiasmo que nace en el 1967 y continúa a mediados de los 70 era cómo hacer crecer el país, cómo manejar la relación de poderes, pero a mediados de los 70 empiezan a sentirse conflictos importantes, secuestros, manifestaciones y, pese a que El Mundo tenía una visión plural, obviamente no estaba respaldando secuestros, El Diario recibió varias amenazas, personalmente mi padre. Ya más a finales de los 70 hay cambios difíciles y el diario se tiene que amoldar. En los años 80, había restricciones de traer papel, no se podía llegar a ciertos lugares, la electricidad se iba. Fueron épocas difíciles. Sin duda alguna, el editor y el gerente en aquella época daban la batalla, el licenciado Arturo Argüello Oertel fue la figura administrativa principal del periódico. Mi padre siempre estuvo pero sí quiero mencionar la actividad de esas personas en esos momentos difíciles.

El Mundo sufrió el tiempo de la guerra fuertemente, en detrimento a su modernización, tuvo que hacerlo posteriormente y así es como se instala y se compra nuevamente maquinaria, se hace un rediseño, que son los tiempos en los que yo empiezo a colaborar. Después que mi padre fallece en 2001 asumo la presidencia del periódico y hemos tratado de seguir con ese impulso con que el diario nació.

 

¿Cuál fue la actitud del Diario ante intentos de censura durante la guerra?

Hubo momentos difíciles. Era un tiempo de guerra y no era fácil informar de todos los aspectos pero sí el diario mostró su pluralidad, le dio mucha cabida a campos pagados así como noticias que venían de los diferentes grupos en el conflicto armado. Mi padre siempre decía: “Esa válvula de escape, poder expresar la disconformidad por la visión país, tiene que poderse discutir y hablar para que El Salvador salga adelante”. Durante esa época el diario se convierte en una radiografía de lo que estaba pasando en el país, fue un diario muy plural, donde diferentes corrientes ideológicas pudieron expresar su pensamiento pese a que la línea editorial y el pensar de mi padre, de los editores, era democrático. En ningún momento fue comunista ni socialista. Por ser el medio de importancia abierto en ese momento se nos tildó de ser un periódico socialista, comunista, izquierdista, como lo quisieran llamar, en la guerra. Nuestra visión no fue así, la visión de mi padre y de las personas que trabajaban en el periódico fue tener una línea abierta. Gracias a Dios, después de firmada la paz, el lector reconoce rápidamente la objetividad del periódico. Por eso en nuestra época hablamos del diario libre y objetivo, nos sentimos muy orgullosos al respecto. Censuras noticiosas, que el diario haya sido censurado, no existieron. Constantemente había mucha interrelación con los diferentes actores políticos para revisar las noticias en tiempo de la ofensiva que se trató de manejar, pero no hubo eco en el periódico de tolerar una situación de esas. Nuestro director, don Cristóbal Iglesias, no toleró la presencia de nadie en su redacción. Sí me gustaría mencionar que después de los Acuerdos de Paz yo no puedo hablar de que El Salvador sea un país de censura política. Cada medio tiene su estilo político pero no es el Gobierno ni ningún funcionario ni nadie quien esté censurando, y no lo ha hecho durante estos 25 años.

 

¿Y cómo ha sido la relación con el poder a partir de los Acuerdos de Paz?

Yo consideraría que la relación en los últimos 25 años ha sido buena con el Estado, Gobierno, Ejecutivo, Asamblea, Corte, los partidos políticos. Con diferencias, algunos nos han visto muy críticos, algunos nos cuestionan, otros nos elogian, siempre existe una propia interpretación, cosa que es buena, es parte del juego informativo. El periódico ha tenido la posibilidad de poder producir noticias con una amplia libertad, y las fuentes se han ido desarrollando y abriendo más, gracias al libre acceso a información y las nuevas formas de transparencia que hoy se pueden exigir a través de portales o informes. La sociedad está pidiendo mucha más información y el medio ha mejorado noticiosamente debido a esos cambios sociales que también existen.

 

Usted fue el propulsor del diario a matutino a pesar que hubo temor al cambio. ¿Cómo tomó la decisión?

Fue un trabajo conjunto con mi hermano Ernesto, siempre habíamos conversado que la vida de un vespertino, debido al cambio en la televisión, el internet, etcétera, no era sostenible, se veía mundialmente que muchos vespertinos estaban cambiando, tomamos una decisión, era una decisión arriesgada que algunas personas consideraban no viable, pero que requería muchas ganas, mucha valentía, mucha juventud, para hacerlo porque en un país pequeño como el nuestro ya existían matutinos bien establecidos, pero consideramos que es lo correcto. Gracias a Dios se hizo, se pudo tener éxito en ello, en aquel momento hicimos no solo un cambio a matutino, sino fue un cambio total, de diagramación, de una forma de hacer noticias, se trajo a uno de los especialistas internacionales más reconocidos para un cambio de formato (Cases y Asociados), se hizo un cambio de la estructura de la mesa de redacción y hasta un cambio del personal que tuvo que irse regenerando, rehaciendo, creciendo, mucha juventud adentro. Ese cambio que se ha venido haciendo durante los últimos años, no solo se hizo una vez, sino que se ha ido modernizando, cambiando y mejorando constantemente, es el que nos mantiene y nos lleva a cumplir hoy estos 50 años.


F. David Durán


¿Cuáles son los desafíos?

Creo que los desafíos para los periódicos impresos son grandes, pero no son totales. Soy de las personas que cree que el papel tiene muchos años de vida, pero no solo, sino con montón de otros esfuerzos y el diario lo ha hecho. Tenemos una plataforma digital bien desarrollada, una actividad grande en las redes sociales, nos estamos acoplando a nuestro lector, estamos rejuveneciendo el lector tradicional. Los retos son grandes, significa mucho dinamismo, muchas ganas, además hemos diversificado en otros servicio de impresión y distribución.

Va a ser posible vencer esos retos si nos mantenemos trabajando en una dirección profesional a una plataforma que contiene papel pero donde lo digital juega un rol muy importante.