Además de los efectos del cambio climático, desde el año pasado los apicultores se enfrentaron a una reducción en la demanda desde Alemania debido a que el país europeo prioriza las compras a Ucrania, uno de los principales productores a nivel mundial, en solidaridad por la invasión rusa.
“El año pasado, casi no se exportó miel. Se exportó casi al final y se exportó para Centroamérica, pero ha costado y se ha exportado a precios bien bajos”, afirmó Jorge Herrera, gerente de Conapis.
Las estadísticas del Banco Central de Reserva (BCR) confirman que las exportaciones de miel de 2023 fueron las más bajas desde 1994, tras sumar $1.09 millones. En comparación con los $3.1 millones de 2022, se desplomaron un 65.1 %.
Del total de 2023, apenas $28,560 corresponden a envíos hacia Alemania, equivalente a un desplome de un 96.7 % respecto a los $897,055 reportados en 2022. Herrera aseguró que esa cifra representa el envío de un contenedor que probablemente había sido acordado con anterioridad.
Hasta 2018, Alemania era el principal comprador con más de $1.92 millones, pero desde 2019 comenzó a disminuir sus pedidos.
En general, las exportaciones mantienen una caída desde su monto máximo reportado en 2015, cuando superaron los $9.03 millones. El año pasado, el principal destino fue Costa Rica y al menos en los primeros cuatro meses de 2024 solo se ha enviado a Estados Unidos, Honduras, Costa Rica y Portugal contenedores valorados en $439,074, según el BCR.
“En los últimos años, en 2021, la mitad de la producción se iba para Europa, especialmente Alemania, y la otra mitad estaba para los países de Centroamérica. El año pasado hubo un problema que no había mucho interés en miel y ya casi al final del año se empezaron a tener algunas exportaciones para Centroamérica”, sostuvo el vocero de Conapis.
El desplome en la exportación también responde a un aumento en la oferta de miel a nivel mundial por el ingreso de más producción. Como consecuencia, aseguró Herrera, hay apicultores que “están abandonando el sector”.
Aunque la miel no se echa a perder al estar almacenada por hasta cuatro años, Herrera explicó que es difícil exportarla porque los compradores suelen demandar un producto más fresco.
Caída en la producción
La mayor cosecha de miel ocurre en noviembre, aunque en las zonas cálidas se da hasta diciembre. En regiones con climas más frescos, las colmenas se mantienen produciendo entre abril y mayo.Sin embargo, debido a las altas temperaturas reportadas en 2023, hubo microclimas donde las plantas florecieron, pero no generaron néctar, lo que influyó en una menor producción a nivel nacional que, aseguró Conapis, no se encuentra cuantificada de manera oficial.
El sector apicultor se ha reducido en la última década, pues Conapis estima que en 2015 había más de 120,000 colmenas, mientras actualmente oscilan las 65,000.
Herrera aseguró que hace 25 años se reportó la producción de miel más significativa, en hasta 3,500 toneladas métricas. Actualmente, la organización estima que no se superan las 2,000 toneladas, equivalente a dos millones de botellas.
"Ha disminuido la producción por una serie de problemas que han habido y el problema climático, eso nos ha marcado bastante en la parte de producción. A tal grado que, antes, nosotros calculamos que el promedio de rendimiento de colmena, hace 20 años, andaba por 35 kilogramos, pero en los últimos años anda por las 35 libras (15 kg)", sostuvo.
Aunque el consumo interno de miel ha aumentado, no es suficiente absorber la producción nacional.
Herrera destacó que tampoco se considera un producto de primera necesidad en la canasta básica y, por consiguiente, no es prioridad al momento de realizar las compras, a pesar de sus beneficios para la salud y como medicina.