La política de polos de desarrollo industrial se aplicó en España en el período 1964/1971, con el objetivo de compensar la paulatina desaparición del mundo rural y desarrollar relaciones de producción capitalistas. Esta política se financió con préstamos de otros países europeos, Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial. Los polos de desarrollo no pudieron absorber toda la mano de obra sobrante del campo, excepto en la zona de Victoria la cual tenía un fuerte gobierno local, en donde se instalaron 622 empresas nuevas; pero no se logró el efecto irradiador a la periferia de la zona. Todos los polos de desarrollo impulsados en España, en lugar de irradiar el desarrollo, hicieron las veces de polos de atracción, fueron incapaces de generar articulaciones e interrelaciones con su entorno. Sin embargo, los polos de desarrollo consiguieron establecer relaciones sociales plenamente capitalistas en la gran mayoría de los territorios intervenidos. También se realizaron experiencias de polos de desarrollo, en la década del sesenta, en algunos países de América Latina: Brasil, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y Perú. Sin embargo, en la mayoría de países hubo incapacidad para mapear correctamente el fenómeno de polarización en el espacio geográfico; se identificaron demasiadas ciudades como polos potenciales de desarrollo; las estrategias de desarrollo fueron concebidas en término puntuales y no de área; así también se usaron instrumentos de política de desarrollo local o regional inadecuados.
Las principales deficiencias en la aplicación de las políticas de polos de desarrollo están relacionadas con la selección de esas áreas geográficas, con un centro y una periferia, las cuales deberían tener: a) uno o más ciudades que pueden constituirse como polos de desarrollo del área geográfica; b) un sistema urbano muy relacionado con el centro; c) cantidad apreciable de empresas medianas y pequeñas, capaces de prestar servicios a las grandes empresas, pero también para continuar el proceso de transformación de los productos de las mismas, para convertirlos en bienes finales; d) condiciones que le permiten retener los efectos del funcionamiento de los polos de desarrollo; e) una estructura social y de líderes sociales capaces de percibir las nuevas oportunidades que genera el proceso de funcionamiento de los polos de desarrollo y de comprender y utilizar las innovaciones, es decir estructuras mentales favorable al cambio; f) una gestión administrativa pública moderna.
Otras deficiencias se refieren a las características de las ciudades en donde se pretende establecer los polos de desarrollo: a) tamaño poblacional considerable; b) industrias de tamaño relativamente grande, cuyo producto crece más que la media del sector y sean altamente interdependientes técnica y económicamente; c) un grado aceptable de complementariedad interna; d) bien ubicada en la malla nacional e internacional de centros de crecimiento; e) su población tiene poca propensión al consumo de bienes importados.
Las políticas de polos de desarrollo deben de diseñarse en función de la interdependencia de los procesos de Industrialización, urbanización y despolarización. Se trata de transformar la sociedad del área geográfica en su totalidad, para hacerla más moderna y con mejor nivel de vida de la población.