A los 73 años, el hasta ahora príncipe de Gales, ascendió al trono como el monarca británico de mayor edad, por delante de Guillermo IV, que tenía 64 años cuando se convirtió en rey en 1831.
El nuevo monarca, que ya disfrutaba de una pensión de jubilación de unas 100 libras, que donaba a una organización benéfica, y del pase de transporte público gratuito, llega al trono con la reputación de ser más políticamente entrometido que su madre, defensor de causas que van desde la agricultura orgánica a la arquitectura neoclásica, pasando por la ecología.
Nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, en Londres, Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor es el primero de los cuatro hijos de la reina Isabel II y Felipe, el príncipe consorte fallecido en 2021 que tanta incomprensión mostró hacia las simpatías políticas de su hijo.
Interesado en la política
A mediados del pasado octubre, a pocos días del inicio de la cumbre climática COP26, presentada como un momento crítico para salvar al planeta del calentamiento, el príncipe dijo "comprender" la frustración de jóvenes activistas como la sueca Greta Thunberg, que acusó a los políticos de permanecer impasibles.Y en 2016, el año en que el Reino Unido votó en referéndum a favor del Brexit y Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos, Carlos denunció el auge de los populismos y la hostilidad hacia los refugiados: "Todo ello tiene ecos profundamente inquietantes de los días oscuros de los años 1930", sentenció.
Dos años antes había comparado a Vladimir Putin con Adolf Hitler, provocando que Rusia pidiese explicaciones al gobierno británico. Y su apoyo al dalái lama también molestó a las autoridades de Pekín.
Su "activismo" dio lugar a titulares como: "Tensión en el palacio, Carlos se niega a ser un rey mudo" (Sunday Times) o "la reina teme que el país no esté preparado para aceptar a Carlos y su activismo" (The Times).
Ambos titulares respondían a una biografía polémica, "Carlos: el corazón de un rey" (Charles: Heart of a King), cuya autora, Catherine Mayer, retrataba a un príncipe poco entusiasmado ante la idea de sustituir a su madre por temor a tener que abandonar sus intereses.
Sin embargo, en una entrevista en la BBC con motivo de su 70º cumpleaños, Carlos dejó claro en 2018 que "no es lo mismo ser príncipe de Gales que ser soberano".
"Y la idea de que pueda seguir actuando de la misma forma, si debo suceder [a la reina], es completamente absurda", afirmó, asegurando: "No soy tan estúpido".