La inflación mide el incremento de precios en una economía, un indicador que subió a 6.7 % en febrero y fue el más alto de la última década.
La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) explica que la actual crisis inflacionaria se diferencia de otras porque desde el año anterior todos los sectores que conforman el Índice de Precios al Consumidor (IPC) -usado para la inflación-han registrado alzas constantes.
Mientras que el fenómeno inflacionario de 2011 fue por un problema de oferta y demanda derivado de una extensa sequía que afectó la producción agropecuaria de Centroamérica, en combinación con un aumento en el precio del petróleo a $123 el barril Brent.
Los salvadoreños comenzaron a percibir la inflación con el incremento en los alimentos y los combustibles, pero sus consecuencias se podrían transmitir a toda la dinámica económica del país.
Comprar menos y más caro.
Si bien los salarios cotizados en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) en términos nominales aumentaron en 9.6 % en diciembre de 2021, al descontar la inflación el incremento real es de 3.3 %.“El proceso inflacionario que vive El Salvador está provocando que una parte del incremento de los salarios nominales se esté perdiendo”, señala Fusades en un análisis económico difundido ayer.
Cuando los salarios de los trabajadores no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, comienzan a reducir la compra de productos y servicios, y eventualmente el consumo nacional se contrae.
La economía salvadoreña depende del consumo nacional y representa más del 100 % del Producto Interno Bruto (PIB), incluyendo las remesas. Mientras que las empresas se enfrentan a un incremento en sus costos de operación, por el otro extremo tienen menos demanda.
La inflación elevada golpea el poder de compra de la población y presiona al alza la pobreza, lo cual solo se puede contrarrestar si los empleos e ingresos de las personas aumentan; sin embargo, las expectativas de empleo de parte de los consumidores se mantienen bajas, lo que implica que 2022 será un año difícil para la población”.
Fusades
Análisis
La crisis inflacionaria se suma a una generación de empleos insuficientes para responder a la demanda laboral del país. Según un sondeo de Percepción de los Consumidores, en enero pasado un 78.7 % de los encuestados consideró que conseguir un empleo es difícil, contra solo un 5.9 % cree que es fácil.
“Con percepción negativa sobre empleo y con inflación al alza, es la peor condición que perciben las familias”, dijo Fusades.
Sin embargo, la inflación “durará más meses” porque hay presiones transitorias como la invasión a Ucrania que elevó el precio del crudo -la principal materia prima del mundo-, el rompimiento de la cadena logística y el rebote de casos covid-10 por ómicron.
3 advertencias del inicio de la crisis
1.- Covid-19: comenzó a mediados de 2020, cuando las economías se reactivaron y comenzaron a demandar más bienes, pero hubo una menor disposición de contenedores.
2.- Crisis logística: así inició la crisis logística, con fletes marítimos más caros para movilizar contenedores con demoras y a un precio más alto. Comenzó a subir el crudo.
3.- Nuevo Golpe: la invasión de Rusia a Ucrania fue un golpe a la economía, pues ambos países son proveedores mundiales de metales, cereales y petróleo.
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25 %
Alza
Del precio de los aceites y grasas, así como del pan francés.
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10.9 %
Incremento
Interanual de la canasta alimentaria en la zona rural entre enero de 2022.
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