El Juzgado Especializado de Sentencia "A", de San Salvador, condenó este jueves a 10 pandilleros de la clica “Shadow Park Locos Sureños” de la pandilla Barrio 18, como responsables de la desaparición y homicidio del Christian Joel Mejía Quezada, de 28 años de edad, un gestor de cobro de un banco que desapareció en San Martín, el pasado 10 de enero del 2022, y luego fue encontrado muerto en una fosa clandestina.

Los condenados son Luis Antonio Anzora, alias "Niño Mono" por homicidio agravado y agrupaciones ilícitas a 45 años de cárcel; Jonathan Josué Carpio, alias el "Johny" por homicidio agravado y agrupaciones ilícitas a 35 años; Víctor Manuel Cruz Parras, alias "Piojo", por homicidio agravado y agrupaciones ilícitas a 35 años de cárcel ; Fredy Mauricio Romero Rogel, alias "Riquichi", "Enano" o "Cusco" por homicidio agravado y agrupaciones ilícitas a 35 años de cárcel y Miguel Alberto García, alias "Sanyo" por homicidio agravado y agrupaciones ínclitas a 35 años.



Mientras que a los procesados Nelson Humberto Carpio, alias "Mingo"; Jorge Alberto Barahona; Máximo Orlando Gámez Gil, alias "Miga" fueron condenados a cinco años de cárcel, y los imputados Kevin Adonay Mejía Sánchez, alias "Kevin"; Orlando Quintanilla Campos, alias "Brócoli" a tres años de cárcel sin reemplazo de pena.

“Tras un año de litigio ha concluido este día en donde ha encontrado el tribunal especializado culpables por el homicidio a cinco personas y por el delito de agrupaciones ilícitas a otras cinco personas más que han estado involucradas en la comisión del hecho” , confirmó el fiscal del caso.
Fotografía de la captura de los ahora condenados de la clica “Shadow Park”, quienes mataron a Christian. / Leonardo Cerón
Todos fueron condenados tras corroborar su vinculación con la desaparición y homicidio de Christian Joel Mejía Quezada, fundamentada en la declaración de un testigo con criterio de oportunidad y régimen de protección bajo la clave de "Venus 1".

En su declaración, “Venus1” narró la privación de libertad, el traslado a la zona del homicidio, y las armas con las que habrían cometido el crimen. Los abogados defensores en el juicio cuestionaron que el testigo nunca individualizó a quienes cometieron el crimen.

En los alegatos finales, el fiscal del caso explicó que analizaron una extracción de teléfonos del testigo, donde en una conversación del 10 de enero le comenta a otra persona que habían cometido el homicidio. "Hemos cometido un homicidio, el bicho se miraba que no era malo, él solo estaba trabajando...porque le encontramos los audios le quitamos la vida", es lo que refirió el fiscal sobre la extracción de datos.

De igual manera, aseguró que el testigo es creíble, porque se le extrajo una huella de su zapato, donde se analizó sangre que pertenecía a la víctima. Así mismo explicó que cuentan con pericias forenses que corroboran la versión del testigo que narró que dejaron atado el cadáver con una cinta negra con heridas de arma blanca.
Christian Joel Mejía Quezada, joven gestor de cobros desaparecido el 10 de enero de 2022.

El caso.

“La víctima realizaba sus labores en él área de la comunidad Génesis de San Martín, lugar donde es interceptado por las personas ahora condenadas, donde a través de esa interceptación que le hacen realizan una serie de torturas a estas personas, lo despojan de la indumentaria que tenia, así como de las herramientas de trabajo que está persona poseía, culminando después de esa largo proceso de tortura en el homicidio”, afirmó el fiscal del caso.

Christian Joel Mejía Quezada fue privado de libertad el 10 de enero del 2022, cerca del cementerio de San Martín, al oriente de San Salvador, cuando hacía un recorrido en su motocicleta como gestor de cobros de un banco.

Los restos de Christian Joel Mejía Quezada fueron encontrados el 19 de febrero en el cantón El Mojón de ese municipio, en una fosa ubicada en un terreno rústico y baldío.