El gobierno cubano sigue con alarma el aumento de la presión militar de Estados Unidos sobre Venezuela y teme las consecuencias políticas y económicas que una posible caída del régimen de Nicolás Maduro podría tener para la isla, según expertos y analistas consultados.
La creciente inquietud en La Habana se refleja en recientes declaraciones de la Cancillería cubana, mensajes en redes sociales de altos funcionarios y actos públicos de apoyo al gobierno venezolano.
El canciller Bruno Rodríguez calificó esta semana la presencia militar estadounidense en el Caribe como una “locura” y una “violación del derecho internacional”, acusando a Washington de usar la lucha contra el narcotráfico como pretexto para un “objetivo guerrerista” que solo generará “violencia e inestabilidad”.
La posibilidad de un cambio de régimen en Caracas representa un nuevo riesgo externo para un país ya golpeado por una grave crisis económica. A los prolongados apagones diarios se suman la inflación, el “corralito” financiero, la escasez de alimentos, medicinas y combustibles, el deterioro de los servicios públicos y un éxodo migratorio sin precedentes.
“El gobierno cubano está consternado porque hay posibilidad de un conflicto con uno de sus principales aliados, y eso puede tener efectos colaterales sobre Cuba, que ya vive una policrisis”, explicó a EFE el exdiplomático y analista cubano Carlos Alzugaray.
Por su parte, Ricardo Herrero, director ejecutivo del Cuba Study Group, advirtió que Cuba teme perder a su principal socio político y económico, justo cuando su economía colapsa y su influencia internacional se debilita.
Un golpe energético y geopolítico
Actualmente, Cuba recibe de Venezuela unos 32.000 barriles de petróleo diarios, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de sus necesidades. Según Herrero, la pérdida de este suministro agravaría los apagones, que en algunas regiones ya superan las 20 horas diarias, y obligaría a buscar proveedores más costosos como Rusia, México o el mercado abierto.
“Esto exacerbaría la inflación, el desabastecimiento y el malestar social en un país ya marcado por el colapso energético, brotes de dengue y una migración masiva”, advirtió Herrero.
A nivel geopolítico, la caída del chavismo obligaría a La Habana a profundizar su dependencia de Rusia y China, en un momento en que Washington busca reducir la influencia de ambas potencias en América Latina.
Ambos analistas coinciden en que la administración estadounidense, y en particular el senador Marco Rubio —a quien acusan de tener una “fijación” con Cuba—, ve la posibilidad de que un colapso en Venezuela arrastre a la isla. Sin embargo, Alzugaray pone en duda esa teoría del dominó:
“Cuba ha demostrado una gran resiliencia. Claro que enfrenta desafíos muy graves, pero no es seguro que la caída de Maduro implique automáticamente el fin del gobierno cubano", dijo Alzugaray, que también considera que, aunque el ejército venezolano tiene más capacidad técnica.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas cubanas, según Alzugaray, gozan de una estructura sólida y de una larga tradición de lealtad al poder político, lo que, en su opinión, garantiza la estabilidad interna ante eventuales crisis externas.