Según los datos oficiales, el 76.4 % de las viviendas a nivel nacional tiene paredes de concreto o mixto. Este es un material más sólido y resistente a las lluvias y sismos, pero tiene un mayor costo que no todos los salvadoreños pueden asumir cuando construyen.
Como resultado, el 86.9 % de las viviendas en la zona urbana tiene paredes de concreto mientras que en la rural es de 59.2 %.
En la zona rural aún hay varias casas con paredes de adobe, el 22.6 %, que refleja la precariedad de las familias que en su mayoría dependen de la agricultura familiar y solo alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Ese porcentaje se reduce a 5.9 % en la región urbana, así queda un promedio nacional de 12.2 %.
Lo mismo ocurre con los hogares que tienen paredes de lámina metálica, que en la zona urbana es de 6.1 % y en la rural de 11 %.
Además, las estadísticas revelan que tres de cada 10 casas en El Salvador tienen un piso de ladrillo de cemento, equivalente al 33.9 %. Seguido de un 27.6 % que es solo de cemento y 24.3 % de ladrillo cerámico.
Aún hay un 13.8 % de las viviendas con piso de tierra y 0.4 % de ladrillo de barro.
En cuanto a techos, el 55.5 % de las casas tiene lámina metálica y un 23.2 % asegura tener lámina de asbesto o fibra de cemento, mientras que un 18.2 % tiene teja de barro y 2.9 % losa de concreto.