El programa Fulbright, insignia de los intercambios culturales y educativos en el mundo, ha invertido más de $24 millones en el desarrollo de profesionales salvadoreños en los últimos 10 años.
Desde 1952, más de 800 estudiantes salvadoreños han sido beneficiados por esta beca, que garantiza el pago de estudios de pregrado y maestrías en diferentes universidades de Estados Unidos.
Michael Brooke, agregado Cultural de la Embajada de Estados Unidos”, asegura que este programa “es el corazón del trabajo que realizamos en El Salvador”, para lograr “la paz a través del intercambio cultural y académico”.
Brooke explicó que la idea de este programa surge desde 1946, cuando el presidente estadounidense de esa época, Harry Truman, promulgó una ley para establecer un programa de intercambio académico internacional con un ambicioso objetivo: aumentar el entendimiento mutuo y apoyar las relaciones amistosas y pacíficas entre el pueblo de Estados Unidos y el de otros países.
“Buscamos a líderes que quieren trabajar por el fortalecimiento de sus comunidades y su país, para que vuelvan a El Salvador con perfiles de liderazgo”, afirma.
La primera becaria salvadoreña fue Ana Olivia Medrano, quien estudió una maestría en Química en Estados Unidos. Sin embargo, se ofrecen especializaciones que van desde la ingeniería, los campos de medicina, ciencias sociales, educación, leyes y psicología.
Fernando Herrera, especialista Cultural de la Embajada de Estados Unidos, encargado de las becas Fulbright, asegura que cada año llega un promedio de seis estudiantes salvadoreños para cursar un programa de maestrías en ese país.
Becarios de El Salvador
Estos son algunos destacados profesionales salvadoreños que han sido beneficiados de la beca Fulbright.- Jorge Ernesto Lemus:
- Rodolfo Molina:
- Carmen Aída Lazo: