Washington y la ONU condenaron ayer el asedio judicial al tribunal electoral de Guatemala, y dijeron que “socava” la transición pacífica del poder tras las elecciones presidenciales en ese país.

“Estados Unidos está gravemente preocupado” tras un nuevo allanamiento de la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE), señaló en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.



Se trata de una “acción antidemocrática que socava las instituciones democráticas de Guatemala”, dijo. “El pueblo guatemalteco ha hablado. Su voz debe ser respetada”.

Fiscales guatemaltecos confiscaron el sábado material electoral custodiado por el TSE para supuestamente investigar denuncias de irregularidades en los comicios de junio.

En una escena caótica, policías y representantes de la fiscalía forcejearon con magistrados del TSE mientras confiscaban cajas que contenían actas de votación.

Según el magistrado Gabriel Aguilera, las actas de votación incautadas correspondían a la primera vuelta electoral, que sorpresivamente encaminó al socialdemócrata Bernardo Arévalo a una victoria en el balotaje en agosto.


Denuncias.

Arévalo ha denunciado las sucesivas operaciones de la fiscalía contra el TSE -incluidos allanamientos anteriores- como un “golpe de Estado en curso” destinado a impedir que asuma la presidencia en enero para sustituir al derechista Alejandro Giammattei.

La fiscal general Consuelo Porras y el fiscal Rafael Curruchiche, a cargo de las operaciones contra el máximo organismo electoral, son señalados por Estados Unidos como “corruptos” y “antidemocráticos”.

Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó ayer desde Ginebra su profunda preocupación por la nueva arremetida.

“Estos eventos son los últimos de una larga lista de acciones muy preocupantes adoptadas en las últimas semanas, que -tomadas en conjunto- parecen diseñadas para minar la integridad del proceso electoral y socavar el estado de derecho”, dijo Türk.

“La información sobre hostigamiento e intimidación contra funcionarios electorales y personas electas, incluidos el presidente electo y la vicepresidenta electa, es especialmente inquietante”.

Türk instó a las autoridades guatemaltecas a “abstenerse” de cualquier nuevo intento “de desafiar la voluntad del voto popular”.