En consecuencia, la voluntad del pueblo descansa en la delegación de una cuota de poder que le otorga a la la autoridad pública. Esta voluntad se expresará mediante elecciones libres y auténticas que habrá de celebrarse cada tres años para alcaldes y diputados, y cinco años para presidentes. De modo que es un derecho y un deber del ciudadano ejercer el sufragio para elegir de forma sabia y consciente a las personas que han de servir al pueblo para mejorar las condiciones de vida de los habitantes y no las condiciones de vida de los electos, como se ha venido dando en nuestro país.
Ahora bien, no es democrático ni producente predisponer a los salvadoreños para que no voten en las elecciones 2018 tal como lo está solicitando a sus seguidores el señor alcalde Nayib Bukele, dado que estas expresiones van en contra de las reglas democráticas sobre la cual descansa la República, aunque he decir que las opciones de elección que tenemos los salvadoreños son pocas o nulas, ya que si se echamos un vistazo a la derecha nos daremos cuenta que la renovación no es suficiente, dado que se siguen viendo los mismos rostros de políticos.
Rostros que se han elegido más tres veces para la Asamblea Legislativa, pero no han producido leyes justas y equitativas que coadyuven para mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños. Luego revisamos la planilla de la izquierda y en ella se analiza que es mucho más dogmática y doctrinaria que la derecha, ya que no solo ha cerrado las puertas a la juventud militante, sino que se está reciclando a toda la comandancia, a fin de asegurales inmunidad y un buen salario, del mismo modo están las demás fuerzas políticas.
Excepto el PDC, PCN, FPS, que llevan una gran cantidad de rostros nuevos que, de ser elegidos, creo que pueden hacer un mejor papel que la actual legislatura; otra opción que podríamos tener los salvadoreños es apoyar las candidaturas independientes, o elegir entre aquellos candidatos jóvenes que están en el sótano de la papeleta. Seguramente son los candidatos de relleno que han asignado los partidos políticos grandes, para que no voten por ellos, y así continuar perpetuándose en el poder los mismos de siempre.
En mi opinión, creo que llamar al pueblo para que no vaya a votar es una grave lesión a la democracia, aunque los opciones de elección son pocas o nulas como ya las he mencionado, pero sería mucho peor no ir a votar, porque esta postura solo favorecería a los partidos grandes, dado que el voto duro de ellos no dejará de ir a votar por decreto del alcalde de San Salvador, esto hará que tanto ARENA como el FMLN continúen en el poder, con las mismas personas que le han hecho mucho daño a la democracia y que tienen al país polarizado.
Creo que una elección no se debería de ganar por medio de estrategias basadas en el subterfugio o demagogia, como lo han venido haciendo de forma tradicional los partidos políticos, y veo que esa es la línea que lleva el señor slcalde, sin temor a errar, veo que continúa equivocándose por la ansiedad de captar nuevos votantes, ya que no se le puede pedir al pueblo que no vote por otros contrincantes.
Ese es el mensaje que está mandando el señor alcalde a la población, por lo tanto, una persona no se debería de elegir por una bandera política, sino por su calidad personal, la honestidad y trayectoria, por la capacidad de ofrecer soluciones y que estas se sustenten por medio de un plan de nación o agenda, que tenga ejes fundamentales que conlleven al crecimiento y desarrollo de todos sus habitantes, pero no se puede sacar adelante un país haciendo cambios cosméticos y ocultando los grandes problemas que aquejan a todos.