Los minerales esenciales están conformados por productos como cobre, litio, tierras raras o níquel. Según el reporte de la OMC, la tendencia al alza en la compra de estas materias en los últimos años es notoria en la mayor parte de la región.
La publicación, difundida en enero pasado, señala que El Salvador importó $81 millones en minerales energéticos esenciales en 2017, la cifra anual bajó para 2018 a $72 millones y cayó aún más en 2019.
Desde 2020, las importaciones comenzaron a subir de manera gradual, al punto de superar los $80 millones en 2022.
Tendencias.
El Salvador fue el segundo país con el incremento más alto en la importaciones de minerales esenciales de Centroamérica, solo superado por Honduras que pasó de $3 millones a $36 millones entre 2019 y 2022, generando un alza de 966.5 %.La OMC no compartió cifras de 2022 para Guatemala. En el caso de Panamá, se confirmó una caída de un 63.5 % de las importaciones, al pasar de $2 millones a $1 millón en dicho periodo.
A nivel mundial, China ocupó el primer lugar entre los países de mayor demanda de estos productos, seguido de la Unión Europea y Japón. Por su parte, Chile, Sudáfrica y Perú son las naciones que más exportaron este tipo de minerales al mercado internacional.
¿Para qué se usa?
Aunque se desconoce para qué se emplearon en El Salvador, la agencia de la ONU señala que estos materiales desempeñan un papel importante en la producción de tecnología de energía limpia, una alternativa que ha tomado impulso durante los últimos años.“La demanda de minerales esenciales es particularmente elevada para la producción de baterías para automóviles eléctricos, y cada batería requiere hasta 200 kilogramos de minerales esenciales”, señala la publicación del organismo internacional.
La OMC indica que estos materiales también se utilizan para turbinas eólicas.
Además, en los últimos 20 años el comercio anual de minerales energéticos esenciales pasó de $53,000 millones a $378,000 millones.
La entidad reconoce que la elevada demanda de las energías limpias hace presión sobre los suministros de estos insumos.
“Muchas economías consideran que los minerales energéticos esenciales son un componente fundamental para la transición a una economía con bajas emisiones de carbono”, indica la OMC.
La entidad señala que, aunque en los últimos cinco años ha incrementado el valor de los minerales esenciales sin transformar, existen acuerdos y compromisos externados por diferentes países en la Conferencia sobre el Cambio Climático (CP28), que apuestan por incrementar la producción de energías verdes, una situación que también provocarán que la demanda repunte.
La OMC ve conveniente que se amplíe el acceso a minerales esenciales en los próximos años, al mismo tiempo que las importaciones en el mundo aumenten.