¡Feliz próspero 2025!

Martes 31, Diciembre 2024 - 5:50 AM

En 2025 todos debemos comprometernos con la búsqueda de mejores derroteros que nos conduzcan a nuestro propio bien y al de los demás. Hay que orar y hacer nuestro mejore esfuerzo.

Bienvenido 2025. Con la fe puesta en Dios, debemos esperar que el año nuevo sea de prosperidad, de objetivos, sueños y de mucha cordialidad entre los salvadoreños. Inicia un año y con ello renovamos nuestras esperanzas y nos proponeos cumplir metas que nos permitan acercarnos a la felicidad nuestra y de quienes nos rodean. El 2024 nos deja alegrías y tristezas. Algunos tuvieron el infortunio de perder a seres queridos, pero otros el privilegio de ver crecer su dinastía. Los vaivenes de la vida son así y aveces llevan dolor y angustia, pero también otras veces conllevan satisfacciones y motivos para agradecer a la vida misma y al Todopoderoso. Muchos inician 2025 con incertidumbres porque inician desempleados como muchos, pero con la firme convicción de que nada es para siempre y que las oportunidades deben emerger. Desempleados, lo que menos deben hacer es deprimirse, al contrario, deben ser optimistas y confiar en sus capacidades y en el rumbo divino, al final no hay mal que dure cien años. Algunos inician postrados en un hospital o convaleciendo por alguna dolama. Hay que fortalecer el alma y confiar en que la salud vendrá acompañada de la voluntad divina. Dios a veces nos pone obstáculos para probarnos y para salir fortalecidos como seres humanos. Cualquiera que sea nuestra condición hay que esperar un año mejor que el anterior, en todos los sentidos de la vida. No podemos ser pesimistas porque el pesimismo es un valor de los que carecen de esperanza y ésta es la última que se pierde. Debemos esperar que en 2025 nuestros gobernantes tomen mejores decisiones y que revoquen todo lo que podría generar algún daño a los salvadoreños. Debemos pedir y esperar más y mejor funcionamiento del aparataje estatal. Como ciudadanos debemos exigir nuestros derechos y cumplir nuestros deberes. 2025 debe traer más desarrollo para todos. Cada familia debe percibir en su intimidad los beneficios del desarrollo y aportar individuamente en la formación de buenos ciudadanos formando valores que generen moralidad y civismo. Formar ciudadanos respetables, honestos y honrados y sobre todo útiles para la sociedad debe ser la misión más sagrada de cada grupo familiar. En 2025 todos debemos comprometernos con la búsqueda de mejores derroteros que nos conduzcan a nuestro propio bien y al de los demás. Hay que orar y hacer nuestro mejore esfuerzo. Este año debe ser el nuestro, sin perder nuestra dignidad y recurriendo a nuestra propia fortaleza. Hay que trabajar con ahínco, con esmero y con buena voluntad, seguir la ruta hacia adelante sin atropellar a nadie porque todos tenemos derecho a seguir nuestros sueños. Hay que tener presente que los rostros que vemos cuando vamos hacia arriba son los mismos rostros que nos ven cuando vamos hacia abajo. No desmayemos de continuar con nuestros anhelos. El camino es empedrado y a veces hasta fangoso, pero cuandose llega a la meta el disfrute es mayor si el trajinar ha dejado huellas imborrables que alguna vez dolieron. Nada que sea fácil tiene tanto merito para significar un tesoro invaluable. Quizá 2024 haya sido un año para el olvido, pero su incidencia en el 2025 es inevitable. No hay un parteaguas que permita dejar lo malo del año pasado y sus consecuencias. Conviene echarle ganas al año que hoy comienza para enfrentar con estoicismos los retos que se nos vienen en el campo económico, social, ideológico y en todas las esferas de la cotidianidad. Lo que para unos es bueno para otros es malo. Es la ley de la vida. En esencia ideal lo bueno debería ser para todos, pero como dice el dicho popular; "para gustos los colores”. Loque siempre debe prevalecer es el respeto a los derechos de los demás. Aceptar que hay personas que piensan y sienten diferente y que eso no las hace menos ni más que nadie. Este 2025 debe ser un año de propósitos logrados y de participación activa. Exigir para ser exigidos y promover para ser promovidos, tratar de hacer las cosas diferentes y diferenciarnos de los demás. Debemos ser nosotros mismos y agudizar nuestras destrezas para que cuando finalice el año podamos sentirnos complacidos. Las adicciones y los vicios son enfermizos y como tal debemos superarlos y centrarnos en aspectos positivos. Como dice la Oración de la Serenidad del teólogo estadounidense Reinhoid Niebuhr, para este 2025, "Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”. 2025 debe ser de muchos logros, tomando y dando pasos ainiciativas propias y no dar cabida a las manipulacionesmalintencionadas. Debemos seguir sujetados a la mano de Dios y confiar en nosotros mismos. Este año en nombre de Dios debe ser de salud, trabajo, seguridad, unión familiar y mejores condiciones de vida para todos. ¡Feliz y próspero 2025! •Jaime Ulises Marinero/Periodista