La Legislatura de Florida, controlada por el Partido Republicano, inició este jueves el proceso para rediseñar sus distritos electorales, una medida impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el fin de asegurar más escaños para su partido en las elecciones legislativas de 2026.
Aunque esta redistribución se realiza cada diez años tras el censo poblacional, el actual proceso se adelantó cinco años. La decisión es parte de una estrategia nacional con la que los republicanos buscan reforzar su ajustada mayoría en la Cámara de Representantes, donde actualmente poseen 219 escaños frente a 213 de los demócratas.
La Cámara baja de Florida dio inicio a la revisión de los mapas congresionales con una breve reunión en Tallahassee, capital del estado, mientras manifestantes protestaban con pancartas que denunciaban un intento de debilitar la representación demócrata. Grupos civiles, como la ACLU y Equal Ground, han advertido que presentarán demandas al considerar ilegal esta maniobra motivada por intereses partidistas.
John Webber, del centro civil Southern Poverty Law Center, cuestionó la brevedad del encuentro. “Fue demasiado corta (menos de media hora) y no tan dulce”, dijo al concluir la jornada, en la que no hubo declaraciones por parte de los líderes republicanos.
El gobernador Ron DeSantis respaldó la revisión de los distritos y señaló que el crecimiento poblacional tras el Censo de 2020 justifica un incremento de representación. Aseguró que convocará una sesión especial en 2026, aunque advirtió que esperará un fallo de la Corte Suprema de EE.UU. sobre la Ley de Derecho al Voto antes de continuar.
La iniciativa en Florida no es aislada. En Texas, el gobernador Greg Abbott ya firmó en agosto un nuevo mapa electoral que otorgaría cinco escaños más al Partido Republicano. Por su parte, California respondió con una reconfiguración que podría sumar hasta cinco escaños a los demócratas, reduciendo la bancada republicana de nueve a cuatro.
Análisis recientes indican que, si todos los nuevos mapas son aprobados y superan los desafíos legales, los republicanos podrían ganar hasta nueve escaños adicionales en el Congreso y los demócratas seis más. La práctica de modificar los distritos a conveniencia partidaria, conocida como gerrymandering, ha sido utilizada históricamente por ambas fuerzas políticas.
En Florida, donde Trump ha ganado las últimas tres elecciones presidenciales, los republicanos tienen actualmente una ventaja de 20 escaños frente a ocho demócratas. Con el nuevo plan, aspiran a sumar entre tres y seis escaños más. La batalla política por el control del Congreso está en marcha, y los tribunales serán clave para definir el futuro de estos mapas.