Green trabaja como asistente de enseñanza en una escuela de niños con necesidades especiales en Mánchester y descubrió que se convertiría en mamá hasta dos semanas antes del primer parto.
“Mis periodos mensuales se habían detenido, pero simplemente lo atribuí al estrés”, relató Vicky a Daily Mail. Sin embargo, con dudas se realizó una prueba de embarazo con la que comprobó su estado.
“No tenía una barriga de embarazada en esta etapa. Los médicos dijeron que era porque los dos gemelos habían estado recostados contra mi columna vertebral”, agregó. La mujer tuvo u,n parto prematuro y dio a luz en la semana 26 de gestación. Los médicos sacaron a uno de los bebés, Presley, quien nació pesando 680 gramos. Pero antes de que pudiera dar a luz a su segunda hija, ella dejó de tener contracciones y no habían signos de sufrimiento fetal, por lo que dejaron a la otra bebé en el útero.
A los 12 días, Green desarrolló una infección potencialmente mortal y los médicos le practicaron una cesárea para no arriesgar la vida de la bebé. Así fue que nació Paisley y pesó 1.1 kilos. Los gemelos permanecieron hospitalizados durante cinco meses y hace poco tiempo fueron dados de alta.