El volcán Chaparrastique mostró nuevamente actividad hace dos semanas y desde entonces autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) señalan que se trata de un proceso de desgasificación.

“Puede tener varios orígenes, uno de ellos puede ser la gran cantidad de lluvia que nosotros hemos tenido, la gran infiltración de agua que hemos tenido, recordemos que todo el año que hemos estado informando sobre las lluvias, uno de los puntos que más precipitación ha tenido es el volcán de San Miguel, entonces, esta agua se infiltra en el volcán y se caliente y es una de las razones, no la razón principal”, afirmó el ministro el 21 de noviembre pasado en conferencia de prensa.



Ante la interrogante, ¿el último invierno ha influenciado en esta reciente erupción en el Chaparrastique? El vulcanólogo y coordinador del grupo de investigación vulcanológica de la Universidad de El Salvador (UES), Agustin Hernandez, enfatizó que no se trata en sí, en la cantidad de agua lluvia, sino en el alcance que ésta pueda tener con la superficie magmática.

“Si el cuerpo magmático no estaba en la zona donde pudiera tener contacto con con el agua meteórica (lluvia), pues no pasaba nada; entonces a lo mejor, ahora, lo que está pasando es que el cuerpo magmático se ha movido un poco más a la superficie, por lo cual puede tener interacción con el agua lluvia y es por eso que en la explosividad se ve una coloración más blanquecina, menos oscura”, detalló Hernández.

El vulcanólogo señaló que este proceso eruptivo inició en el 2013, ya que la inestabilidad de su cámara magmática generó las condiciones para producir “el primer evento importante” después de 1972.

Hernández expuso que el coloso realiza procesos de desgasificación con el fin de limpiar su conducto y que posteriormente quedó en actividad. Él destacó que una de las características de los volcanes “jóvenes” como el de San Migue tienenl es que llenan su cámara y generan erupciones explosivas (gases, cenizas y rocas), tal como se ha registrado en esta última.

“Entonces según la línea de tiempo que lleva y si no lo cambia los parámetros dentro de la tendencia actual que lleva, es posible que evolucione a una erupción de naturaleza de flujo de lava, a lo mejor, pero todavía no lo sabemos y lo vamos a saber hasta que ya esté un poco cerca el episodio eruptivo”, sostuvo el vulcanólogo.

¿Cuándo hará erupción?

El profesor de Matemática y Física de la UES, Daniel de Jesús Palacios, destacó que uno de los indicadores para detectar un suceso de explosión de lava, es un sismo mantenido conocido como “tremor”.

“El tremor es un sismo mantenido, si se detecta es el que avisa que lo que sucede en la cámara magmática. Si uno llega a identificar sismos de baja frecuencia, lo más común es que suceda una desgasificación, pero si de repente alguno es de alta frecuencia y mantenido, ahí es donde uno ya se da cuenta que va a venir una erupción volcánica, porque quiere decir que hay una gran presión en la cámara magmática y la lava empieza a subir”, detalló.

En ese sentido, la coordinadora de Vulcanología del Marn, Jacqueline Rivera, expuso ayer que “se continúa monitoreando el comportamiento del volcán y se estará actualizando si esta actividad evoluciona de una forma freática (de agua) a una freatomagmática o magmática. De llegarse a intensificar la actividad en el futuro, muy probablemente esta podría ser predominantemente magmática”.

De acuerdo a los parámetros de monitoreo realizados por el Marn, se estima que en los siguientes días es muy probable que continúen ocasionalmente explosiones, emisiones de gases, rocas y cenizas calientes y que “pueden continuar en un par de días”. Rivera agregó que en los últimos depósitos de cenizas recolectados predomina un material preexistente, sin embargo se han encontrado pequeñas cantidades de material “joven”.