La valiosa cultura del debate político
Los debates presidenciales estadounidenses han sido siempre una medición de las propuestas, el carácter y el temple de los candidatos. En esta ocasión también.
Los debates son una poderosa vitrina de la democracia. Privilegian la opinión y la crítica. Fortalecen la libertad de expresión y de información, e instruyen a la ciudadanía en su derecho a votar por el proyecto más conveniente a sus intereses. El ciudadano está "en palco" viendo a los contendientes y evaluando sus expresiones. Eso es sumamente valioso, es escrutinio público. Más allá de las particularidades del debate Harris-Trump y de si este tendrá un impacto real a la hora de votar en noviembre próximo, los votantes estadounidenses se dan una idea cómo puede ser su futuro en los próximos cuatro años y el mundo entero también puede entender las tendencias e impactos que la política norteamericana puede tener en sus vidas. Lamentablemente en El Salvador hemos perdido mucho de la cultura del debate, no hubo prácticamente ninguno en la pasada campaña electoral, a ningún nivel, y eso es algo que hay rescatar y promover.