"Muchos investigadores han intentado investigar la diferencia entre el sistema de oxitocina en mujeres y hombres, pero hasta ahora nadie ha encontrado pruebas concluyentes. Nuestro descubrimiento fue una gran sorpresa", resalta Ryoichi Teruyama, profesor asociado del Departamento de Ciencias Biológicas de LSU, que lideró este estudio publicado en la revista 'PLOS ONE'.
Las células receptoras de oxitocina están presentes en el área del cerebro que se cree que está involucrada en la regulación del comportamiento materno. Además, la expresión de los receptores de oxitocina en estas células solo está presente cuando el estrógeno también está presente. Esto implica que estas células están involucradas en la inducción del comportamiento materno. Además, confirma lo que muchos estudios humanos recientes han demostrado: existe una conexión entre una expresión alterada de los receptores de oxitocina y la depresión posparto.
La depresión posparto contribuye a la mala salud materna y tiene efectos negativos en el desarrollo del bebé. Varios estudios han encontrado que los niños de madres deprimidas corren el riesgo de una amplia gama de problemas cognitivos, emocionales, de comportamiento y médicos. Por lo tanto, la depresión posparto es un problema importante de salud pública que tiene efectos adversos significativos tanto en la madre como en el niño. Alrededor del 10 al 20 por ciento de las mujeres experimentan depresión posparto después del parto.
Este nuevo descubrimiento que se produjo en LSU abre las puertas a nuevos tratamientos y medicamentos potenciales para la depresión posparto que afectan a las células receptoras de oxitocina. "Creo que nuestro descubrimiento podría ser universal para todos los mamíferos que exhiben un comportamiento materno, incluidos los humanos", aventura Teruyama.