Los de a pie
Viernes 04, Octubre 2024 - 5:45 AM
Para que ya no haya pobreza se necesita que se tengan políticas públicas, una mejor educación, inversión extranjera y un gobierno que le apueste al desarrollo.
Mientras a la mayoría de la diáspora le ha ido bien, acá en El Salvador casi hay 2 millones de salvadoreños que viven en la pobreza. Según la RAE, pobre es la persona que no tiene lo necesario para vivir. Según indicadores, estadísticas, estudios de universidades, etc., los pobres aumentaron en El Salvador.
Muchos emigraron debido a variadas causas; sin embargo, la causa más significativa fue la pobreza. Muchos no tienen una vida digna o como se dice, una calidad de vida óptima. En las comunidades y zona rural son en donde se evidencia la pobreza. Tenemos seguridad, pero el flagelo de la pobreza aumenta.
Es preocupante, no solo los de a pie sufren; en estos momentos, con el presupuesto del año 2025, ya no se tendrán escalafones para el sector salud y educación. Eso quiere decir que la situación para ambos sectores no pinta bien. En otras palabras, en educación, las escuelas públicas seguirán lo mismo y en salud no se verán mejoras. El dinero ya no está alcanzando para todos. Es la realidad de El Salvador.
Los de a pie no tienen para pagar a un abogado o en muchas ocasiones, son los que siempre pagan los platos rotos. Eso en el ámbito jurídico. Acá retomo lo que mencionó San Óscar Romero "La justicia es igual a las serpientes, sólo muerden a los que están descalzos". A los pobres les toca comer salteado. Son los que más sufren con la canasta básica alimentaria, la cual aumenta cada día. Los de a pie son los que siempre sufren, no les alcanza el sueldo, no tienen una educación de calidad y en su pensar está migrar para cambiar de vida.
Analicemos estos datos, según el Banco Central de Reserva, "En porcentajes, 30 de cada 100 compatriotas viven en condiciones materiales precarias. En los últimos cinco años, la pobreza y los pobres han aumentado. Entre 2019 y 2023, el porcentaje de personas viviendo en pobreza subió 4.4 puntos porcentuales, pasando de 22.8% a 27.2%. La encuesta detalla que de esos 1.9 millones, 1.3 millones viven en pobreza relativa (21.1% de la población total) y casi 600 mil en pobreza extrema (9.3%).
Otro dato preocupante es que en El Salvador se tiene una de las tasas más altas de empleo informal en el continente, alcanzando un 69%, lo que equivale de 7 de cada 10 trabajadores, eso según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los de a pie son todos los que de una forma u otra no tienen un trabajo formal, los que viven con apenas un dólar al día. Los que a veces se acuestan sin probar la cena o los que escuchan a cada momento el rechinar del estómago.
En otro contexto, en Poema de amor de Roque Dalton se verifica que en la actualidad hay muchos salvadoreños que sufren "... los sembradores de maíz en plena selva extranjera, los reyes de la página roja, los que nunca sabe nadie de dónde son, los mejores artesanos del mundo, los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera, ...”.
Para que ya no haya pobreza se necesita que se tengan políticas públicas, una mejor educación, inversión extranjera y un gobierno que le apueste al desarrollo. Las estadísticas son duras, son fuertes, evidencias que descubren la realidad que sucede actualmente en El Salvador. La pobreza ha aumentado, los empleos informales afloran y a muchos salvadoreños no les alcanza mensualmente lo que ganan.
Los de a pie son los que buscan una mejor vida; sin embargo, las oportunidades no son las mismas para todos. Quizá cuando viene un turista se maravilla de lo bueno del país. Fuese recomendable que se asomara en dónde viven y cómo viven los de a pie.
La economía o la buena vida no pueden ser solo para unos pocos. Somos casi 7 millones de salvadoreños que vivimos acá, no a todos les está alumbrando el sol de la misma manera. Los problemas económicos se reflejan en muchas familias salvadoreñas. Mientras menos oportunidades laborales haya, aumentará la pobreza.
Los de a pie siempre han existido y siempre serán los que más sufren en El Salvador. Siempre mantienen las esperanzas de que su vida cambiará; sin embargo, cambiará cuando se tengan las condiciones idóneas para salir adelante.
Fidel López Eguizábal es docente investigador Universidad Francisco Gavidia flopez@ufg.edu.sv