El presidente Nayib Bukele anunció el 5 de junio de 2021 en una conferencia en Miami que El Salvador adoptaría la criptomoneda más popular. La propuesta fue aprobada con dispensa de trámite cuatro días después y entró en vigencia el 7 de septiembre. La ley establece la obligatoriedad de que los comercios acepten pagos con bitcoin, así como la opción de honrar hasta los impuestos.
“En términos de política económica lo podemos hablar de un fracaso”, consideró Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
“No diría que ha funcionado. No diría tampoco que ya fracasó”, dijo, por su parte, Carlos Acevedo, economista y expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).
Para los economistas, el bitcoin no alcanzó sus objetivos de inclusión financiera, tampoco hay un flujo de inversiones ni el movimiento de remesas en billeteras de criptomonedas es significativo.
El último perfil de clima de inversión de El Salvador, elaborado por el Departamento de Estado de EE. UU., reconoce que los riesgos que suponía la criptomoneda en la economía no se materializaron por su baja penetración, pero sirvió de publicidad para colocar el país como un destino turístico.
Tropiezos.
La decisión de adoptar el bitcoin se vio favorecida en 2021 por una mejora en el precio de la criptomoneda, que pasó de los $48,000 de septiembre a los $69,000 en noviembre, para después caer y este año se ha mantenido por debajo de la banda de los $30,000.Para Alfonso Goitia, miembro de la directiva del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (Colproce), una de los motivos por los cuales el bitcoin no tuvo el éxito esperado fue el cripto invierno, que, además de lastrar el precio de las criptomonedas, ha derivado en la quiebra de plataformas y presuntos fraudes que han hundido al sector. Esta misma opinión compartió Acevedo.
Castaneda, en cambio, cree que hay “ganadores”: los creadores de la Chivo Wallet, los intermediarios para la compra de bitcoins y las posibles empresas que se han favorecido con los incentivos fiscales, quienes han utilizado a El Salvador como un “paraíso fiscal virtual”.
El bitcoin no solo habría restado recursos al Estado para inversión pública, sino que, según el economista César Villalona, la criptomoneda se habría utilizado para “limpiar” el dinero que se obtiene de forma ilícita.
El economista del Icefi cuestiona, además, la falta de transparencia en el uso de los fondos públicos para la creación de la billetera, la construcción de los cajeros Chivo y la compra de bitcoins, cuyo saldo aún se desconoce.
El sitio Nayibtracker.com calcula que El Salvador tiene 2,966 bitcoins, que han costado una inversión de $121.6 millones.
¿Una moneda de curso legal?
Villalona explicó que el bitcoin no cumple como moneda de curso. Uno de los motivos, añadió, es que los productos y servicios se mantienen en precios de dólares.Además, no hay medios de pago establecido en bitcoin, como salarios o impuestos, y los ahorros siguen reportándose en dólares.
Goitia cree que no existe posibilidad de que el bitcoin pueda convertirse en moneda de curso legal en un futuro, e indicó que lo más conveniente es que el Gobierno elimine la normativa.