Julio López Benítez es uno de los lustradores que, desde hace 52 años, se dedica a ese oficio; él indicó que desde entonces, el centro de la ciudad se convirtió en su lugar de trabajo, específicamente, en los alrededores del portal La Dalia, frente a la Plaza Libertad.
Sin embargo, con los recientes desalojos de vendedores informales, los “limpiabotas” no han sido la excepción, y ahora se ubican en una galera del Centro Comercial Libertad, en la 6a calle Oriente, una cuadra abajo de la plaza Libertad.
“Yo me mantenía en la zona de La Dalia, han sido muchos los años dedicándome a ese oficio, de aquí crié a mis hijos y he sacado adelante mi hogar, desde que cobrábamos $0.25 hasta hoy, que cobramos $1.50 por lustrar, pintar y hasta remendar los zapatos”, detalló Benítez a Diario El Mundo.
El lustrador de 64 años de edad relató que fue a sus cortos 12 años, cuando aprendió el oficio de lustrar y remendar zapatos, desde entonces se dedica a eso.
“Desde que tenía 12 años trabajo lustrando zapatos, cuando vine a San Salvador fue que aprendí a lustrar y además de lustrar, también le hacemos a la remendada (arreglar) de los zapatos, cosemos, pegamos zapatos, aquí hacemos de todo tipo de trabajos”, expresó el bolero.
Ante ello, Benítez aseguró que la labor de los “limpiabotas” es reconocida entre sus clientes, por lo que esperan que pese a no estar en zona transitada por personas, sean buscados en su nuevo lugar de trabajo. “La gente siempre nos va a buscar, pero siento que nos va a costar”, puntualizó.
Son alrededor de 20 personas de edad avanzada que pertenecen a la Asociación Salvadoreña de Limpiabotas, que ahora se encuentran en la galera del Centro Comercial Libertad, que se ubica en la 6a calle Oriente, una cuadra abajo de la plaza Libertad.
Vocación de años
Asimismo, en la galería del Centro Comercial Libertad está René Quintanilla, quien expuso que desde el año de 1981 se dedica a lustrar calzado. “Yo nací, por así decirlo, lustrando zapatos en el parque Libertad y desde entonces he trabajado en las calles del centro, estuve en Hula Hula y luego regresé a la zona de La Dalia y ahora que nos tocó venirnos a la galera”, expuso.Los lustradores manifestaron que temen que la falta de interés de los más jóvenes, deje en el olvido el oficio que data desde años.
“En este oficio solo habemos ya gente de edad avanzada, solo hay un muchacho que es joven, de ahí todos somos mayores y eso pasa porque, al ver la situación en la que estamos, lo que han hecho los muchachos es salirse, antes éramos como 30 y hoy, apenas somos unos 20”, detalló Quintanilla.
Los trabajadores destacaron que desde que la comuna capitalina inició con el desalojo de vendedores de las diferentes calles del centro, han tenido que movilizarse con el propósito de continuar con sus labores.
El pasado fin de semana, vendedores informales que se ubicaban en las cercanías de la nueva Biblioteca Nacional de El Salvador (Binaes) y del Mercado Sagrado Corazon de Jesús, fueron desalojados el fin de semana, como parte del proceso de rehabilitación del Centro Histórico.