Una parte de la casa de la familia Santos cedió al vacío./ Francisco Valle

Más de 100 personas que viven en la comunidad Las Brisas de Candelaria, en La Cima III, en San Salvador, están en riesgo por la vulnerabilidad del suelo que provocaron las lluvias de la tormenta tropical Amanda, que iniciaron el pasado fin de semana en el país, indican habitantes del lugar.



Sentados sobre colchonetas en el suelo, adultos y niños, están a la espera que la comida llegue al albergue en la iglesia Apocalipsis 15:3. Los menores de edad y sus padres se observan desanimados. En la referida comunidad, unas 55 viviendas están en riesgo de caer sobre la quebrada El Garrobo.

“Hemos habilitado dos albergues, uno en la iglesia Apocalipsis donde hay 75 personas y un segundo albergue en la iglesia Ríos de agua Viva, ahí están 28 personas porque más de 55 viviendas están en peligro porque el suelo donde están sus casas se está desprendiendo y por eso los hemos ido evacuado desde el domingo”, explica la coordinadora de los albergues en la colonia, Margarita Rivas.

De acuerdo a Rivas, una familia de cuatro personas perdió su vivienda completamente por la tormenta tropical Amanda. La familia Santos indica a Diario El Mundo que a las 5:30 del pasado domingo, escucharon como retumbaba el suelo y la primera parte de la casa que cayó sobre la quebrada El Garrobo fue el baño y después el lavadero.

“Unos vecinos nos ayudaron a sacar a los niños porque el suelo estaba demasiado flojo, logramos sacar la cama, lo que se pudo rápido donde tratábamos de pararnos para intentar salir de la casa, la tierra se caía”, asegura María Petrona de Santos.

María señala que luego de la experiencia de salir de su casa en medio de una tormenta sus hijos y esposo tienen temor de dormir por la lluvia, aunque estén en un lugar seguro. La vivienda de la familia Santos estaba hecha de lámina y colapsó, porque el suelo estaba húmedo y la quebrada se había salido de su cauce.

En la misma zona, otra familia está a punto de perder su vivienda pero no quieren abandonar sus pertenencias. En los albergues, las familias se mostraron preocupadas porque señalan que han perdido todas sus pertenencias.