El deporte siempre da segundas oportunidades. Siempre. Lo puede decir Óscar Ticas, arquero de la modalidad recurvo, que acaba de lograr un boleto para los Juegos Olímpicos de París 2024. Pita, como le llaman cariñosamente sus amigos, es el alma del equipo de tiro con arco, incluyendo “recurvos” y “compuestos”.

Sencillo, persistente y divertido, a sus 37 años Óscar ha ganado medallas para El Salvador en Juegos Bolivarianos, Centroamericanos, Sudamericanos y US Open, por mencionar algunos logros. Sin embargo, su sueño siempre fue representar a su país en unos Juegos Olímpicos.



Cuando en 2016 logró el boleto para los Juegos de Río de Janeiro creyó haber alcanzado el cielo. Ni imaginaba que en realidad era la antesala del infierno. Y todo por un partido de fútbol entre amigos.



¡Nombre, no te va a pasar nada!
Un mascón, una caída, un raspón en la rodilla... Un combo aparentemente inofensivo que se volvió letal y que acabó con su sueño olímpico. Es que a pesar de su reticencia, alguien le aplicó un spray para aliviar el dolor sin percatarse de que tenía esteroides, un elemento que aparece en la lista de sustancias prohibidas por la WADA.

Óscar Giralt, abogado del Comité Olímpico de El Salvador por aquel entonces, cuenta aquel drama como una novela: “Unas fisioterapistas del INDES le preguntaron por el raspón y él les contó que fue por el fútbol. Ellas le dijeron que así no podía ir a competir, que le iban a poner algo. Ticas les dijo que no le pusieran nada, que cualquier cosa podía ser considerada dopaje”.

Según Giralt, las fisioterapistas lo calmaron: “¡Nombre, no te va a pasar nada! Si esto le ponemos a los de la federación de atletismo. Y Pita estaba de espaldas, con su electroshock, y le tiraron dos sprayazos sin su consentimiento”.

¿Conclusión? "Perdí mi plaza en los Juegos Olímpicos y muchas otras cosas. No más becas, ni más patrocinadores, no podía entrenar...”, recordó Ticas sobre su sanción de 12 meses.

El abogado Giralt, que no era especialista en estos casos, asegura que asumió el reto de defender a Ticas porque creía en su inocencia... y porque los mejores abogados en casos de dopaje a nivel internacional no bajaban de 40,000 dólares, dinero que el Comité Olímpico no tenía.

En la audiencia, realizada en Lausana, Suiza, el fiscal portugués pidió cuatro años de castigo para Ticas, con lo cual se perdía los juegos de Río y los siguientes de Tokio. “Al final, con mucho trabajo, conseguimos que le dieran solo un año. Y todos celebraban, pero para mí era terrible porque Pita no iba a poder ir a Río, y apelar costaba 10,000 dólares, ¿y de dónde? Si ni siquiera yo estaba cobrando”, recuerda Giralt.

Sin Juegos, sin beca y sin patrocinadores, para Pita fue como un golpe de nocaut: "La sensación de no poder competir en esos Juegos después de ganar la plaza no puedo describirla porque sentí que era como si una gran roca me hubiera golpeado y me hubiera enterrado por completo".

"Ni siquiera lloré, pero estaba extremadamente molesto y frustrado porque perdí todo lo que había luchado... Me iba a retirar del tiro con arco, pero mi familia fue la primera que me apoyó para no tirar 15 años de carrera deportiva por algo que no había sido mi error”, reconoció después Óscar, un auténtico guerrero.

“Fue difícil digerirlo, pero yo sabía que no había hecho nada malo y pasé la página, pero ya sin beca tuve que alternar mis entrenamientos con un trabajo para conseguir ingresos”, agregó.

Así anunció su plaza olímpica el Comité Olímpico de El Salvador.

Intentó ir a Tokio, pero no pudo. Parecía que también se le escurría la posibilidad de ir a París, sobre todo cuando por una flecha se le escapó esa posibilidad en Medellín en el pasado abril. Tampoco lo había logrado en Antalya, Turquía, hace unos días... Sin embargo, cuando regresó del viaje se enteró de la gran noticia: le anunciaban que tenía su boleto a los Juegos Olímpico, y lograba cumplir “aquel sueño que tenía desde niño”.

El deporte siempre da segundas oportunidades. Siempre. Firmado: Óscar Ticas.