Marco Cáder, gerente de Mercadeo de Robertoni, aclara que la empresa cuenta con dos divisiones: alimentos (pastas específicamente) y plásticos. La primera nace con la creación de la compañía, por iniciativa de su abuelo (Alfonso Cáder). La segunda surge en 1965,cuando la empresa “comenzó a traer el plástico para venderlo a fabricantes de bolis en el país”.
Años más tarde empezó a exportar sus pastas. “Entre 1960 y 1970 hubo exportaciones intermitentes, digámole así. Se intentaba abrir mercados y en cuanto se podía no se podía. Se vendía a Honduras, Nicaragua y Costa Rica, principalmente las sopas y los cubitos de caldo”, recordó Eduardo Cáder, presidente de Robertoni.
“Las primeras sopas que se hicieron en Centroamérica y los primeros cubitos de caldo fueron Robertoni, lamentablemente mi papá (Alfonso) no tenía ni contaba con el capital necesario como para desarrollar un mercado y poder competir contra los gigantes”, señaló.
Al llegar los años ochenta los productos de “la gallinita” -como le llaman en oriente- viajan a través de las maletas de los salvadoreños que parten debido a la guerra.
Actualmente, la compañía exporta al mercado estadounidense. El 10 % de su producción es exportada a Estados como Virginia, Maryland, Washington y Texas.
Tras superar la última crisis de la compañía hace cinco años, Robertoni ha mantenido un crecimiento sostenido.
“La compañía había ido en bajada por la planta de plásticos; empecé a trabajar yo y se unieron las dos divisiones, en ese momento giró la empresa con la perseverancia de mi padre y la fortaleza que él tiene para sacar las cosas adelante”, dijo Marco.
Desde entonces, “la empresa ha mantenido un crecimiento entre el 12 y 13 %”, indicó el gerente de Mercadeo, quien recordó que el 2017 cerró precisamente con la última cifra.
A corto plazo se espera la construcción de una planta para plásticos, un proyecto que ya va encaminado para el próximo año.
