En el comienzo de la temporada de Halloween, el fin de semana, llegó a los cines estadounidenses la película de terror “Satanic Hispanics”, que engloba cuatro historias cortas salpicadas con espeluznantes leyendas de Latinoamérica.

El sobreviviente de la masacre, identificado apenas como “El viajero” (Efrén Ramírez), funge como un cronista del terror que entrelaza los relatos.



Sus realizadores son los argentinos Alejandro Brugués y Demián Rugna, el estadounidense Mike Méndez, la mexicana Gigi Saúl Guerrero y el cubano Eduardo Sánchez.

“Las películas de terror con las que crecimos todos nosotros no tienen personajes latinos”, apuntó Brugués, a cargo de la pieza “The Hammer of Zanzibar”. “Parte de la idea de hacer este proyecto era retomar las riendas de nuestra narrativa”, sostuvo.

Según Méndez, que dirige “The Traveler”, la columna vertebral de la película, los latinos “son la audiencia primaria” de los filmes de terror. “¿Por qué no vendrían a una (película) de nosotros mismos?”, se cuestiona. Pero la producción no apunta exclusivamente a una audiencia latina.

“Es algo arriesgado porque creo que la audiencia es muy inteligente para ver esto”, dijo Sánchez, director del cuadro “El vampiro” y en 1999 del laureado filme “El proyecto de la bruja de Blair”, junto a Daniel Myrick. “Para nosotros se trataba también de hacer algo genuino, que saliera de nuestros corazones, contar las historias que nos importan”, acotó.

Cortesía

Horror latino.

Sánchez ambientó una historia de vampiros en la región, con toques de humor y elementos culturales. “Tú has visto vampiros, pero no has visto una pareja latinoamericana como vampiros”, afirmó.

La historia retrata a una pareja de vampiros que atraviesa una crisis matrimonial. “Tú no conectas a los vampiros realmente con América Latina (...) hay variaciones, pero no es algo muy latino”, continuó el director cubano.

Rugna considera difícil definir el género de terror latino: “Mostrar nuestra propia cultura e idiosincracia, y encima añadirle terror, es un color más”, sostuvo el director del relato titulado “También lo vi”, ambientado en su natal Argentina.

Los directores explicaron que hilar las perspectivas en una única cinta, grabada en inglés y español, no fue un reto. “Lo único que dijimos fue ‘tienen libertad de hacer lo que quieran, lo único es que tiene que quedar bien’ porque nosotros, como suele suceder con las minorías, sólo tenemos una oportunidad y tenemos que tomarla y aprovecharla lo mejor posible”, dijo Brugués.

Y la mexicana Gigi Guerrero, encontró un abanico de posibilidades para abordar el género en el relato “Nahuales”. “Tenemos supersticiones, demasiadas historias, leyendas y mitología en todo lo que es ser latino”, dice. “Nuestra perspectiva viene del amor a lo que no tiene explicación”, concluyó.