El bono demográfico está conformado por la mano de obra en una edad productiva, que ronda entre 17 y 59 años, según interpretaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La UCA señala que este segmento poblacional tendría la mayor cantidad de ciudadanos y alcanzaría su máximo potencial en 2030, un excedente que llegaría hasta 2050.
La economista de la UCA, Iliana Álvarez, aseguró que, si en los próximos siete años se apuesta por invertir en el bono demográfico, impactará tanto en el crecimiento del país como en la calidad de vida de las personas en un futuro, porque se crearán mayores capacidades para enfrentar los desafíos previsionales.
“En el enfoque de las fuerzas productivas se ha estimado que esta inversión ronde al menos $1,852.4 millones. ¿Esto qué nos permitiría? El hallazgo también se asocia a que se lograría un crecimiento y el desarrollo potencial del 8 %”, puntualizó Álvarez.
La propuesta de la UCA apunta a que estas inversiones se deben centrar en mejorar la condición y la calidad de vida de las personas.
Álvarez señaló que las ventajas de aprovechar el bono “son infinitas”, pues el país aún cuenta con esa ventana, a excepción de otros países de la región en donde la necesidad se centra en una población envejecida. “El aprovechamiento (en El Salvador) se puede hacer vía políticas concretas de fomento y respaldo a las juventudes”, indicó.
El informe de la UCA destaca inversiones públicas y privadas que se han realizado en el país, como las remesas como fuente de sostenimiento familiar y su participación en la economía en los últimos años, así como la remuneración y las prestaciones de seguridad social.
Sin pensión.
Conforme el bono demográfico avanza, las tasas de envejecimiento aumentan en el país y, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 19 años El Salvador alcanzará los niveles máximos de población, con proyecciones de 6.6 millones de habitantes.Sin embargo, la Cepal señala que desde 2042 la población comenzará a caer y, según la UCA, el bienestar de los actuales jóvenes debe ser de preocupación.
Actualmente, y bajo las políticas y medidas vigentes, en el país son las mujeres adultas mayores las que tienden a carecer de ingresos a través de una pensión. Álvarez señala que muchas mujeres dedican buena parte de su vida a cuidar de los demás, como amas de casa, por ejemplo, por lo que al envejecer no tienen un respaldo provisional del cual financiarse.