Esas fueron algunas de las revelaciones que la Fiscalía General de la República hizo en la audiencia de imposición de medidas desarrolladas ayer en el Juzgado Especializado de Instrucción “A” contra los cinco sospechosos de este doble asesinato.
El 3 de enero, el taxista invitó a un amigo suyo a comer pupusas y en esa reunión le confesó estaba preocupado porque una persona, con quien había tenido problemas, le pidió un viaje; el amigo que figura como testigo protegido clave “Brasil”, le aconsejó que “debía aprender a llevarse bien con las personas”.
“Brasil” declaró que Orellana Bernabé tenía dinero y que se dedicaba a llevar grupos hasta de ocho personas de forma ilegal fuera del país, es decir, era “coyote”.
La Fiscalía no descarta que Orellana Bernabé organizó un plan criminal para acabar con la vida del taxista y para ello se puso de acuerdo con Julio César Hernández Rivera, David de Jesús Rivera Pérez, Edith Morena Sibrián de Álvarez y María Ángela Orellana Iraheta para ajustar cuenta con él.
El viaje.
Javier Salinas también tenía otro problema, que el vehículo que manejaba no era de su propiedad y no podía sacarlo del país; sin embargo le contó a su amiga Iris Raquel sobre el servicio solicitado y ella le propuso usar su vehículo, un Nissan Sentra Negro modelo 2010, y que se repartieran el pago a la mitad. Orellana Bernabé le había ofrecido $500 por el viaje al taxista.Raquel le dijo a Javier que lo acompañaría en el viaje. Tras tener los requisitos para el viaje a Guatemala, la noche del 3 de enero -según el relato de la Fiscalía- los amigos salieron hacia el rancho en la playa San Diego, en La Libertad; antes compraron alimentos para cinco personas, ellos y los tres clientes.
Al llegar al rancho, cerca de las 10:40 de la noche, un pariente de la enfermera le llamó a su celular y le preguntó cómo estaban, ella contestó: “estamos bien, pero estoy nerviosa por lo que estoy viendo”. El taxista envió una foto a sus parientes. Después de los mensajes y llamadas ya no hubo comunicación con ninguno de los dos.
Las investigaciones de Fiscalía han establecido que el taxista y la enfermera fueron asesinados pasada la 1:00 de la madrugada del 4 de enero, porque sus cuerpos fueron reportados al 911 por un lugareño, cuando estaban envueltos en llama a las 5:00 de la mañana en el sector conocido como la curva de la Media Luna, carretera a Rosario de Mora, al sur de San Salvador.
El proceso.
Ayer al final de la audiencia, la jueza consideró que habían suficientes indicios para que los imputados sean procesados en detención provisional por los delitos de homicidio agravado, desaparición de personas, robo agravado, robo agravado de vehículo automotor y agrupaciones ilícitas. Las dos mujeres solo serán procesadas por agrupaciones ilícitas.Un informe forense de Medicina Legal estableció que los restos de los cuerpos de las víctimas estaban carbonizados en 94.5%. “Recalco que los imputados hicieron todas las maniobras a efecto de ocultar su crimen... este es un mensaje para los criminales que no hay crimen perfecto”, dijo el fiscal.
La jueza dio seis meses para que la fiscalía siga con la investigación y manifestó:
“Cuando veo estas muertes, solo me acuerdo de cómo matan los carteles de droga con crueldad...¿Qué hay en el fondo de estos hechos, qué mensajes quieren enviar?”.
Jueza especializada de instrucción A de San Salvador.
La jueza dijo que aún no está clara la causa del asesinato, pero observó que hay una relación con “viaje a Estados Unidos, coyotes y muertes violentas”.
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También le fueron robados a Iris Raquel, según las fiscalía. |
Pruebas.
La investigación de las autoridades estableció comunicaciones que los imputados tuvieron con las víctimas antes, durante y después del crimen, a través de la intervención de llamadas, activación de antenas, bitácoras telefónicas, recorridos de GPS y conversaciones por What’sApp.Con prueba tecnológica y científica, la Fiscalía y Policía ubicaron los celulares de las víctimas; así, el celular de la enfermera había pasado por al menos cuatro personas, la última que lo tenía era un menor de edad que lo había comprado en $90. El vehículo de la enfermera aún no ha sido localizado y fiscalía sospecha que fue desmantelado.