El Comité Noruego del Nobel otorgó el viernes el Premio Nobel de la Paz 2021 a la periodista filipina Maria Ressa y al periodista ruso Dmitry Muratov, por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera. Es un reconocimiento mundial a esta noble profesión que sufre etapas oscuras de acoso y persecución en todo el mundo.

Maria y Dmitry representan el coraje de los periodistas. Ambos han sufrido todo tipo de hostigamientos, amenazas, ciberacoso y procesos legales por su compromiso en denunciar la corrupción y los vicios de sus sociedades. Dmitry ha visto morir asesinados a seis de sus compañeros del periódico independiente ruso Novaya Gazeta.



Berit Reiss-Andersen, la presidenta del Comité Nobel, expresó su condena de la situación en todos los países donde la actividad de los periodistas está limitada y donde la libertad de expresión está bajo presión. Lamentablemente es algo que se sufre por todo el mundo, incluyendo nuestro continente y nuestro país. Reporteros sin Fronteras, en su Índice de Libertad de Prensa más reciente decía que el periodismo “está totalmente bloqueado o seriamente obstaculizado en 73 países y restringido en otros 59”.

“El periodismo libre, independiente y de hechos sirve para proteger contra los abusos del poder, las mentiras y la propaganda de guerra”, dijo Reiss-Andersen. Es la primera vez en 120 años de historia que el Premio Nobel reconoce la labor de una prensa independiente. Es momento de alegría para los periodistas, pero también de mayor compromiso.