Una presidencia de Trump: ¿bendición o maldición para la industria petrolera?
Miércoles 06, Noviembre 2024 - 2:59 PM
Un alza de la producción crearía una sobreoferta de barriles en un mercado ya preocupado por una demanda incierta de crudo, en particular en China.
Con la elección de Donald Trump en Estados Unidos, la industria petrolera recibe de vuelta a un partidario de las energías fósiles, y a un militante del petróleo barato, una ambivalencia que abre incertidumbres para el sector.
"Tendremos un gobierno que trabajará con la industria estadounidense del gas y el petróleo, y no los llamará aprovechadores o manipuladores de precios como lo hizo (Joe) Biden", reaccionó Andy Lipow, analista de Lipow Oil Associates.
"Estamos impacientes de colaborar con él (Trump) y su gobierno sobre temas importantes relativos a la producción permanente de petróleo y gas en Estados Unidos", afirmó de su lado Jeff Eshelman, director de la organización profesional Independent Petroleum Association of America (IPAA).
"Haré bajar el precio de la energía", prometió Trump durante la convención republicana. "Vamos a perforar al máximo", añadió.
El promotor inmobiliario que vuelve a la Casa Blanca acusó a Biden de haber limitado al sector petrolero, al impedirle -según él- producir a pleno.
Estados Unidos genera actualmente más de 13 millones de barriles diarios de crudo, un récord.
"Pero los productores eligen no explotar importantes yacimientos" en Estados Unidos, recuerda Stewart Glickman, de CFRA.
"El problema no es la regulación, son los mercados", opina de su lado Bill O'Grady, de Confluence Investment Management. "Los accionistas (de las compañías petroleras) no quieren (que aumenten su producción) porque valoran sus ganancias", sostuvo.
Un alza de la producción crearía una sobreoferta de barriles en un mercado ya preocupado por una demanda incierta de crudo, en particular en China.
Este combo podría aplastar los precios, en momentos en que los economistas esperan una apreciación de dólar.
El crudo se transa en dólares por lo que un dólar fuerte encarece el barril para inversores en otras divisas.