La intervención militar de Estados Unidos en Venezuela no iniciará cuando las tropas norteamericanas comiencen a avanzar por tierra dentro del país. No. Ya comenzó desde el momento en que se instaló el férreo dispositivo naval y aéreo en las aguas del Caribe. Que no es otra cosa que un cerco militar.
Toda la parafernalia verbal de Trump es un juego de palabras que enmascara una decisión estratégica, al parecer, ya tomada hace unos meses.
Desde el campo del poder imperial norteamericano esta operación todo indica que va sobre ruedas, y solo parece que falta dar el zarpazo de cierre con la captura de la cúpula dirigente venezolana (Maduro, Cabello, Padrino, los Rodríguez…) y la conformación de un gobierno de facto a la medida de los intereses norteamericanos.
En 1989, el ingreso de las tropas norteamericanas ‘eyectó’ a Noriega y después se retiraron. ¿Hubo resistencia? Sí. Pero insuficiente para contener la andanada norteamericana. Ahora se trata de otra cosa. El modelo de Panamá quizá no sea tan efectivo, de ahí que las fases previas (antes del asalto) están siendo cumplidas con mayor análisis de las consecuencias que sobrevendrían.
Un derrumbe del régimen venezolano vía la intervención norteamericana sería gravísimo para todo mundo. Incluido el actual gobierno de los Estados Unidos.
Descontando a Cuba y a Nicaragua, tres países también la rechazarían sin ambages y sin miedo: México, Brasil y Chile. Y esto, para Estados Unidos, es un problema adicional con el que no será fácil lidiar. Intentar con México algo así como lo que está en marcha en Venezuela sería descabellado. No imposible, pero sí probable.
¿De verdad lo único que quiere Trump es que se vaya Maduro y su cohorte? Difícil creer eso. Solo basta hacer números y sacar la cuenta de los millones de dólares que lleva invertidos en ese despliegue militar en el Caribe. Para nadie es un secreto que el factor geopolítico clave es que en Venezuela se encuentra la mayor reserva mundial de petróleo.
A Trump y sus halcones les tiene sin cuidado los muertos que la presencia norteamericana en Venezuela pueda provocar. Sus alegatos solo quieren justificar que ellos son los designados (¿por quién o por qué?) para poner orden en aquel país.
¿Podría China detener a Estados Unidos? Según Nicolás Maduro, que dice haber pedido el apoyo de Xi Jinping, sí. Sin embargo, las razones para que China se interponga al ‘destino manifiesto’ norteamericano no se observan con claridad.
Aunque no puede ignorarse que hasta 2025 China lleva invertidos 70,000 millones de dólares en Venezuela en asuntos relacionados con el petróleo. Y este dato, lo dice todo: el más importante comprador de petróleo del mundo tiene, en este momento, un acceso directo a la mayor reserva mundial de petróleo. ¿Esto comporta que se interpondrá entre Venezuela y Estados Unidos? ¿O significa que sus intereses económicos están por encima de la relación ‘política’ con el régimen venezolano? Aquí está el quid de la cuestión del papel de China en la crisis actual de Venezuela.
Es muy peligroso lo que está intentando Trump y es muy complicada la situación en la que quedaría China si fuera desplazado Maduro de Miraflores.
El ataque que Estados Unidos hizo a Irán, a sus plantas de enriquecimiento de uranio, no es algo que vaya a realizar en Venezuela.
¿Puede haber una salida negociada a esta extraña situación? Por supuesto, siempre hay posibilidades de negociar. Eso sí, Trump ya adelantó que ‘solo quiere oír la fecha de salida de Maduro’.
El cerco naval, al parecer, ha cumplido su cometido, según el gobierno de Estados Unidos. La mayor presencia aérea ha comenzado a concretar el segundo escalón. Pero el que se presenta como el punto de quiebre de este escenario es el momento en el que las tropas norteamericanas pongan pie en suelo venezolano. ¿Cómo resolverán eso? ¿Configurarán una cabeza de playa? ¿O habrá apertura de varios flancos o direcciones de ataque en diferentes rumbos? ¿Pretenden llegar hasta Miraflores? ¿Tienen ya resuelto lo del relevo? ¿Es María Corina, la Premio Nobel de la Paz, quien avalará este acto de guerra? ¿Se está contabilizando a Capriles para algo? ¿Los militares de Venezuela se mantendrán cohesionados en torno a Maduro? ¿Piensan los norteamericanos que habrá júbilo popular por la invasión militar?
Muchas preguntas en esta hora incierta para Venezuela y América Latina.
*Jaime Barba, REGIÓN Centro de Investigaciones