20 años de la muerte de Juan Pablo II, quien llevó el calvario de la enfermedad hasta el final
Este 2 de abril, a las 3:00 de la tarde, el secretario de Estado, Pietro Parolin, celebrará en la basílica de San Pedro una misa por este aniversario y recordará el funeral.
Regresó a la casa del Padre
Durante varios días se organizaron rosarios en la plaza para rezar por el papa Wojktyla. Los fieles miraban hacia el tercer piso del Palacio Apostólico, donde las luces de su apartamento estaban encendidas esperando una señal. Era poco después de las 9:00 de la noche del 2 de abril de 2005, cuando el entonces arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado, habló en el silencio general: "Queridos hermanos y hermanas, a las 9:37 nuestro amado Santo Padre Juan Pablo II regresó a la casa del Padre". Este 2 de abril, a las 3:00 de la tarde, el secretario de Estado, Pietro Parolin, celebrará en la basílica de San Pedro una misa por este aniversario y recordará el funeral, presidido por el entonces cardenal Ratzinger ante los cientos de miles de personas que llegaron al Vaticano para dar el último adiós al pontífice polaco. Y se recordará ese grito de "Santo subito" (Santo ya) en el funeral que marcó un proceso de canonización entre los más rápidos de la Historia, pues fue declarado santo el 27 de abril de 2014 junto con Juan XXII por el papa Francisco. En sus más de 26 años de pontificado, el papa viajero -con sus 104 viajes apostólicos internacionales-, vivió la caída del muro de Berlín o de la URSS, que instituyó la Jornada Mundial de la Juventud, pero también un pontificado de sombras como la de la lucha contra los abusos y, entre ellos, el escándalo del mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
El episodio inédito
Aunque se han escrito decenas del libros sobre el papa polaco, el último , 'Karol. Il Papa che ha cambiato la storia" (Karol, El papa que ha cambiado la Historia) de Gian Franco Svidercoschi, ex vicedirector del diario vaticano, Osservatore Romano, describe un episodio prácticamente desconocido: cuando en 1945, siendo un joven seminarista, Wojtyla salvó a una niña judía. "En aquellos días, Karol se dedicaba a... reparar los daños sufridos por el arzobispado y una vez terminada la obra había pedido ir a Czestochowa, por la necesidad de rezar a la Virgen Negra y regenerarse. En el camino de regreso, cuando cambió de tren en la estación intermedia de Jedrzejow, vio una escena desgarradora en la calle: una niña con el uniforme a rayas de los campos de concentración nazis, tendida en el suelo, incapaz de moverse", se lee en el libro. Y continúa: "Karol la recogió y la llevó a otra estación, por donde pasaban los trenes hacia Cracovia y la confió a una organización recién formada que se ocupaba de aquellos que habían escapado de los campos de exterminio, especialmente judíos, y que la acogería inmediatamente".