A 50 años de Woodstock, aún es difícil separar el mito de la realidad
Viernes 16, Agosto 2019 - 12:00 AM
Una declaración política que definió a una generación, una epifanía de paz, tres caóticos días que alteraron la historia de la música: los símbolos que rodean a Woodstock son muchos, y a veces es difícil separar el mito de la realidad.El festival arrastra un peso cultural significativo, pero luego de rever por décadas su leyenda a través del lente de la nostalgia, el legado de medio millón de jóvenes festejando bajo la lluvia se siente menos como una subcultura revolucionaria y más como un cliché de la cultura pop.En 1969, la sociedad estadounidense se estaba recuperando de varios sucesos, entre ellos las protestas contra la guerra de Vietnam, los disturbios raciales y los asesinatos de figuras como Martin Luther King y Robert Kennedy, lo que implícitamente posicionó la paz y el amor de Woodstock como antídoto contra la ira."El estado de ánimo en el país era un poco como hoy. Había una sensación de violencia, de verdadero odio y división”, dijo Martha Bayles, académica de música y cultura en el Boston College.Sin embargo, aunque Woodstock evoca el sentimentalismo para muchos "baby boomers”, a algunas generaciones más jóvenes les puede parecer una simple reiteración del "narcisismo de los años sesenta”, como lo expresó Bayles.A pesar de la agitación social y política de la década, 1969 también fue la última vez que Estados Unidos estadísticamente registró un superávit presupuestario hasta 1998, en parte gracias a la manufactura vinculada a la guerra."Esa fue parte de la esencia de Woodstock en 1969. Ilusoria o no, se dio por sentada cierta abundancia”, escribió Jon Pareles, un crítico de música pop del New York Times que asistió al festival.