África quiere comprar vacunas contra el covid-19, en lugar de seguir esperando que lleguen las dosis financiadas por los donantes, afirmó la Unión Africana (UA) el martes,
implorando a los fabricantes que le den al continente una oportunidad de acceso al mercado."Compartir vacunas está bien. Pero no deberíamos tener que depender de las vacunas que se comparten", dijo Strive Masiyiwa, enviado especial de la Unión Africana para la adquisición de vacunas, en una rueda de prensa en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra. Algunos países avanzados ya administran terceras dosis pero en los Estados pobres, sobre todo en África, la vacunación no despega.
Solo el 3,5% de los africanos se han vacunado por completo de un total de 1.300 millones de habitantes, afirmó el director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (África CDC), John Nkengasong, en la rueda de prensa.La Unión Africana ha creado un Fondo Africano para la Adquisición de Vacunas (Avat).Según Masiyiwa, los fabricantes de vacunas tienen la "responsabilidad moral" de vender también dosis a los países africanos. También
pidió a la comunidad internacional que levante los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas, pero afirmó que urge todavía más que los países pongan fin a las "restricciones a las exportaciones de vacunas y sus componentes".Según un balance de la AFP elaborado a partir de fuentes oficiales, se administraron 9 dosis por cada 100 habitantes en África, frente a 118 en Estados Unidos/Canadá, 104 en Europa, 85 en Asia, 84 en América Latina y el Caribe, 69 en Oceanía y 54 en Oriente Medio.
Los países africanos "han sido abandonados por el resto del mundo", resumió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus durante la rueda de prensa.La OMS espera ayudar a cada país a vacunar a por lo menos al 40% de sus habitantes para fin de año y al 70% de la población mundial antes de mediados de 2022.
Pide a los países ricos que no lancen la llamada campaña de refuerzo de vacunación o de tercera dosis antes de fin de año en un momento en el que el sistema internacional Covax, que debe permitir distribuir gratuitamente dosis en los países pobres, ha revisado a la baja sus previsiones por falta de dosis suficientes.