Altos precios del transporte marítimo internacional no cederán hasta 2023
Varias navieras vendieron sus buques en el inicio de la pandemia y no tendrán sus remplazos pronto. Los cuellos de botella generan retrasos de hasta 15 días y sobrecostos por la coyuntura de alcance global.
Las secuelas de la crisis económica derivada de la pandemia del covid-19 en el sector logístico internacional se extenderían por hasta dos años más, es decir, hasta 2023.
El costo de los fletes marítimos se dispararon desde finales del 2020 por la falta de espacio en los buques, escasez de contenedores y una explosiva demanda de productos tras la reactivación de la economía mundial, pero esta mezcla comienza a afectar la recuperación por el impacto en la inflación.
Raúl Saca, jefe de logística para la región de las Américas para DP World, explicó ayer que los costos marítimos se han multiplicado por cuatro en algunas rutas y que no se espera una corrección pronto. La situación ya amenaza a temporadas como el "Black Friday” y Navidad, ya que los precios de muchos productos importados -principalmente de Asia- son mayores.
El ejecutivo dijo que las causas son resultado de una serie de eventos, pero que en gran medida se resume en que algunas de las grandes navieras optaron por vender sus buques más viejos para demolición, aprovechando que el precio del acero estaba en alza al inicio de la pandemia.
Las empresas anticiparon una recuperación lenta y vieron en la venta una oportunidad para ganar capital mientras el sector se mantenía anclado, algo que ocurrió pero que se revirtió rápidamente lo que tomó al sector con menos capacidad de respuesta.
En tanto, los contenedores comenzaron a escasear tras acumularse en varios puertos de destino, mientras la actividad económica mundial todavía se mantenía detenida.
Saca reconoció que el sector tiene por delante el desafío de volver a condiciones prepandemia, algo que se anticipó no ocurrirá hasta inicios de 2023, cuando se comience a entregarse los nuevos barcos.
Maniobras
El ejecutivo sostuvo que los puertos de Centroamérica escapan relativamente al problema ya que no están congestionados, pero los barcos que ingresan vienen con demoras importantes.
De hecho, destacó que las navieras que sirven a la región, por ser más pequeñas, sortean de mejor manera los efectos contra lo que viven los gigantes del rubro.
Dijo que en algunos puertos hay hasta 70 barcos en espera y las demoras son de hasta 20 días. En la región, estos retrasos en barcos procedentes desde Asia rondan los 15 días, mientras que desde Latinoamérica y Estados Unidos el atraso es de entre tres y siete días.
Andrés Bolaños, gerente de carga para Guatemala y Panamá de United Airlines, añadió que dentro de esta coyuntura las empresas pueden encontrar oportunidades de mejora como el desarrollo de un enfoque colaborativo para resistir de mejor manera a una coyuntura como la actual.