En Matamoros (noreste),
un cubano, una salvadoreña y un hondureño relatan a la AFP su travesía y la espera de más de un año en México para poder cruzar hacia suelo estadounidense a concluir el trámite.El paso de solicitantes asentados en esta ciudad empezará el próximo martes, informaron funcionarios de la ONU. En Tijuana (noroeste), solo 25 fueron admitidos este viernes, según constató la AFP.
Tragicomedia
El abogado cubano Joel Fernández, de 52 años, tuvo que recorrer 11 países durante 271 días para llegar a la ciudad de Matamoros (estado de Tamaulipas) en enero de 2020."Estamos viviendo una tragicomedia, un momento triste, un momento alegre", dice Fernández, uno de los 500 migrantes de varias nacionalidades albergados en este campamento al que Washington dará prioridad.Pero el ambiente, el jueves, era tenso. Desde el mediodía se cerró el lugar ante la expectativa de poder cruzar la frontera.
Sabe que les harán una prueba de covid-19 y que hay orden de desmontar el campamento, pero ignora cuándo. Sabiduría para Biden
En agosto de 2019,
una salvadoreña de 37 años, víctima de violencia intrafamiliar, tomó a sus cuatro hijos y salió de su país rumbo a Estados Unidos. Llegar a Ciudad Juárez (Chihuahua) significó un mes de desafíos y "un gran dineral".Consiguió pisar suelo estadounidense.
"Cruzamos de 'mojados' por debajo del puente, pero a los tres días nos regresaron", recuerda esta mujer que por seguridad pide el anonimato.Migración mexicana y ONG le ayudaron a encontrar un albergue en esta ciudad.
En diciembre de 2019 tuvo audiencia en una corte estadounidense, ante la cual expuso las amenazas que según ella enfrenta en El Salvador."Pero con el covid y las políticas del otro presidente (Donald Trump) ha sido muy lento", afirma con pesar sobre el programa "Quédate en México" que ahora desmonta Biden.
Su voz, sin embargo, se alegra al hablar del nuevo mandatario. Lucha de corazón
"Busco salvaguardar mi salud, estoy enfermo del corazón", dice José Madrid, un carpintero hondureño de 40 años que también espera en un albergue de Ciudad Juárez poder regresar a Estados Unidos.Saboreó el "sueño americano" en 2014, luego de ser contratado por una empresa. Tras ser operado del corazón en 2017 gracias al programa Medicaid, volvió a emplearse. Sin embargo, fue detenido y entregado a migración después de un accidente de tráfico. Lo deportaron el 3 de agosto de 2018.
"En Honduras recaí, toqué puertas y nadie me ayudó, la única salida era irme". En abril de 2019, sin dinero, partió a México. En su solicitud de asilo argumenta que requiere atención médica que en Honduras le han negado, pero se enfrenta al rechazo de autoridades estadounidenses y ningún abogado de migrantes quiere tomar su caso.