A los 41 años, Britney Spears ya no tiene ningún afán por quedar bien o mal con nadie y menos con un exmarido, luego de haber tenido una vida extrema y turbulenta como toda estrella de rock (en este caso, del pop), que incluyó las relaciones más desafortunadas, interesadas y fugaces; tocar fondo con depresiones y sustancias; y haber vivido por años bajo la tutela y opresión legítima de su padre.

Luego de que se destapara su proceso de divorcio tras solo 14 meses de matrimonio con Sam Asghari, por un presunto caso de celos y desconfianzas por parte de él, la artista no se ha visto para nada afectada, y lejos de ello compartió imágenes celebrando una de sus alocadas fiestas con amigos. Ahora él también estaría solicitando una cuota de parte de la artista, tras su separación, aunque el caso se mantiene reservado.



La foto del desenfado.

Tampoco han faltado sus excéntricos semidesnudos en las redes sociales, e incluso compartió que se compró un tubo para instalarlo en casa y bailar pole dance. Por si fuera poco, fue captada por un paparazzi en el condado de Orange, en California, vistiendo una blusa de crochet sin sostén. Lo cierto es que después de vivir tanto, ya nada le preocupa demasiado a la estrella, cuyo centro finalmente son sus hijos y nadie más.

Lee además: "Didier Hernández visitará El Salvador para convivio con fans de MDO".