Así fueron las últimas horas de Bashar al Asad en Siria
Sábado 14, Diciembre 2024 - 9:00 AM
Damasco y en especial el palacio de Bashar al Asad fue un barco sin capitán los últimos días y horas de la ofensiva rebelde.
Horas antes de la caída de Damasco en manos rebeldes el 8 de diciembre, el presidente sirio Bashar al Asad ya había huido del país sin avisar a sus familiares ni a sus más cercanos colaboradores, según revelaron a AFP cinco altos responsables.
La noche previa, Al Asad había llegado a llamar a su asesora Buthaina Shaaban para pedirle que le preparara un discurso, nunca pronunciado. Finalmente tomó un avión en Damasco para dirigirse a la base aérea rusa de Hmeimim, en el oeste del país.
"Se fue sin avisar a sus más estrechos colaboradores", dijo a AFP un ex alto funcionario, que pidió anonimato por razones de seguridad.
Una vez en la base de Hmeimim, "un avión se lo llevó a Moscú", añade esta persona.
"Su hermano Maher", al frente de la temida Cuarta Brigada, "se enteró de causalidad cuando estaba con sus soldados defendiendo Damasco. Decidió entonces tomar un helicóptero y marcharse, al parecer a Bagdad", indica la misma fuente.
Los ex altos funcionarios y otras fuentes contaron a AFP cómo fueron las últimas horas del presidente sirio, que gobernó autoritariamente el país desde el año 2000 tras suceder a su padre Hafez.
El día que arrancó la ofensiva rebelde desde la provincia norteña de Idlib, el miércoles 27 de noviembre, Bashar al Asad se encuentra en Moscú, donde su esposa Asma recibe un tratamiento contra un cáncer.
El dirigente no aparece en la defensa de tesis doctoral de su hijo Hafez, matemático instalado en Rusia, dos días más tarde, pese a que toda la familia sí que va, según un funcionario de la depuesta presidencia, que pidió anonimato. El sábado 30 de noviembre, cuando regresa de Moscú, ya ha caído Alepo, la gran ciudad del norte de Siria.
En cuestión de días, la rebelión, encabezada por el movimiento islamista Hayat Tahrir al Sham e integrada por grupos proturcos, se apodera de Hama y Homs, en el centro del país, antes de rodear Damasco una semana más tarde.
"Ese sábado [7 de diciembre], Al Asad no se reunió con nosotros. Sabíamos que estaba ahí, pero no tuvimos reunión con él", cuenta un ex alto funcionario del palacio presidencial.
"No hubo ninguna explicación; eso causó mucha confusión en la cúpula e incluso en el terreno. Desde la caída de Alepo no lo vimos más, lo cual resultaba muy extraño", prosigue este alto funcionario.
A mitad de la semana pasada reunió a los jefes de los servicios de inteligencia, para tranquilizarlos. Pero en los hechos, no había nadie al timón.
"La caída de Alepo nos sacudió", relata este ex responsable de la presidencia.
Luego fue el turno de Hama, una ciudad del centro del país de gran valor estratégico.
"El jueves hablé a las once y media de la mañana con militares de Hama, que me dijeron que la ciudad estaba completamente cerrada y que no podían entrar ni los ratones", relata a AFP un coronel, bajo anonimato.
"Dos horas más tarde recibieron la orden de no dar batalla y de redesplegarse en Homs, más al sur. Los soldados (...) estaban sin saber qué hacer; se cambiaron de ropa, tiraron sus armas e intentaron volver a sus casas. ¿Quién dio la orden? No lo sabemos", añade este coronel.
En Homs, el gobernador asegura a un periodista que ha pedido al ejército resistir. Pero no sirvió de nada: nadie defendió la ciudad en nombre del régimen.