Brasil y Argentina anunciaron este viernes un acuerdo para reducir un 10% el arancel externo común del Mercosur "en un universo muy amplio de productos", en un giro tras meses de tensiones en torno a la flexibilización del bloque."Llegamos a un acuerdo en el arancel externo común del Mercosur, que ahora será llevado a los socios, Paraguay y Uruguay, que permitirá la disminución de 10% de un universo muy amplio de productos", anunció el canciller brasileño, Carlos França, tras recibir a su par argentino, Santiago Cafiero, en Brasilia.A su lado, Cafiero resaltó la importancia de este acuerdo en un tema vital para la flexibilización del bloque, y dijo que quedan excluidos algunos sectores "sensibles", como la industria textil y la automotriz.Los ministros no detallaron en su comunicado a cuántos productos afectaría esa reducción, que aún debe ser aprobada por los otros dos socios, pero una fuente de Itamaraty explicó que incluye al 75% del "universo arancelario".El canciller brasileño, cuyo país ostenta la presidencia de turno del bloque, afirmó además que en su acuerdo, que pondrán a disposición de Uruguay y Paraguay, se deja "libertad para que los países puedan, incluso, ir más allá de ese universo arancelario en esa reducción".Argentina era tradicionalmente reacia a bajar el arancel, que en la actualidad es de un promedio de 13% a 14%, en contra de lo que proponen Brasil y Uruguay, mientras que Paraguay se ha mostrado abierto al diálogo.La prensa brasileña interpretó este acuerdo como una derrota para el ministro de Economía brasileño, el liberal Paulo Guedes, que defendió primero una reducción del 50% y luego del 20% en dos etapas.
"Señal de liberalización"
Esta reducción "es una señal de liberalización (...), pero el impacto en el comercio exterior es muy pequeño porque 10% puede tener un impacto en commodities (ndlr: materias primas), pero para productos industrializados una variación cambiaria tiene más efecto que eso", explicó a la AFP Welber Barral, exsecretario de Comercio Exterior de Brasil.Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Universidad Católica del Uruguay evaluó que "cualquier rebaja del arancel externo común es relevante desde el punto de vista económico y comercial porque el bloque tiene un arancel del doble de la media internacional, con picos del 35%".Para Bartesaghi, la rebaja "reduce el nivel de protección que tienen los sectores productivos de forma sustancial y eso genera oportunidades para tener una mayor presencia en cadenas globales de valor o poder comprar insumos a precios más competitivos", entre otros puntos.El especialista también analizó que con el acercamiento "los dos socios ceden y ganan". Un tema espinoso
La reducción del arancel externo común a importaciones de terceros países ha sido, junto a la posibilidad de negociar individualmente acuerdos comerciales con terceros países, uno de los temas más espinosos del bloque en los últimos años.En los últimos meses, las ansias de flexibilización, sobre todo de Brasil y Uruguay, en pos de una mayor integración a la economía global, chocaron con el inmobilismo de Argentina y fueron motivo de grandes tensiones y declaraciones cruzadas.A finales de septiembre, el ministro brasileño de Economía insistió en la "modernización" del Mercosur, e invitó a retirarse a "los que estén incómodos", en medio de tensiones con Argentina sobre la flexibilización del bloque."Argentina dijo eso un día a los otros: el Mercosur es como es y los que quieran que se retiren. Vamos a devolver eso a Argentina", sostuvo el ministro.Otro episodio de tensión se dio a principios de septiembre, cuando Uruguay anunció que comenzó a trabajar con China hacia un posible acuerdo bilateral de libre comercio, contaviniendo una norma del año 2000 según la cual los socios del bloque deben contar con la anuencia de sus contrapartes para sellar negociaciones con terceros países.Para Bartesaghi, "Uruguay debe aprobar el acuerdo, aunque su propuesta es la flexibilización del Mercosur, por lo que es importante que este no sea el único movimiento". También anticipó el visto bueno de Paraguay, interesado en mantener la cohesión en el bloque.