El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se autodenominó irónicamente "dictador" en su biografía en Twitter, una forma de burlarse de sus adversarios en medio de críticas internacionales y tras una reciente marcha en el país en donde lo acusaron de concentrar el poder.Aunque al inicio trascendió en redes sociales que la cuenta había sido pirateada, fuentes de la Casa Presidencial informaron a la AFP que en efecto el texto fue escrito por mandatario.Bukele, de 40 años y que goza de una elevada popularidad, se ha destacado por utilizar las redes sociales para informar de sus gestión. Anteriormente en su perfil en Twitter había causado revuelo autodefiniéndose como "un instrumento de Dios para nuestra historia".En un discurso pronunciado el 15 de septiembre con motivo del bicentenario de la Independencia de Centroamérica, el mandatario cuestionó a sus opositores que le tildan de dictador. Sus comentarios llegaron luego de una multitudinaria manifestación en San Salvador contra su gestión.
Rechazo y "normalización".
La Fundación Internacional de Derechos Humanos, pidió al mandatario salvadoreño "responsabilidad institucional del cargo para el que fue elegido”, y respeto para las víctimas de dictaduras.Para la directora del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), Laura Andrade, "los golpes" que el mandatario habría dado a la Corte Suprema de Justicia y a la Fiscalía, le dan un "talante autoritario".Cuando la nueva Asamblea Legislativa asumió funciones el 1 de mayo, destituyó y reemplazó a los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general, que habían tenido serias diferencias con el gobernante.Esta nueva Sala Constitucional interpretó a inicios de septiembre un artículo de la Constitución que da luz verde para que Bukele se presente a una reelección, si así lo desea, en 2024.El gobernante promulgó recientemente un decreto aprobado por el Congreso, para pasar al retiro a los jueces con 60 años de edad o 30 de servicio, casi un tercio de los magistrados del país.Al usar el concepto de dictador, según Andrade, el presidente "está tratando que las personas normalicen este calificativo (...) en su gestión, lo que es un riesgo en términos de cultura política en El Salvador".El uso de la burla es la "típica forma de reaccionar ante cualquier cuestionamiento" que tiene el presidente, subrayó Andrade.En el fondo, dijo la analista, "es una táctica para que la gente trate de normalizar que es correcto el reproche a las voces críticas, que es correcto el abuso (...)".En sus cuentas de Instagram y Facebook seguía describiéndose como "Papá de Layla", el nombre de su hija.