Feligreses recibían la ceniza en bolsas o botes plásticos para hacer una celebración de la tradición en casa, debido a las restricciones por la pandemia. Foto AFP
Sin filas ni unción en la frente. Los católicos mexicanos conmemoraron el Miércoles de Ceniza
llevando el polvo negro a sus casas, debido a las restricciones sanitarias por el covid-19.En el barrio Jardín Balbuena, de Ciudad de México, María Teresa Capistrán
no fue signada con la cruz, como manda la tradición, y en cambio salió con un botecito plástico para celebrar el rito en familia. Por primera vez en la historia reciente del país,
donde 90,2 millones de sus 129 millones de habitantes se declaran católicas, no hubo aglomeraciones en los templos, que este año ofrecieron porciones individuales de cenizas por recomendación de la Arquidiócesis Primada de México.Para Rosalinda Rodríguez, acólita de 77 años, es una "medida fabulosa" porque evita la propagación del virus, que se ha cobrado unas 176.000 vidas en México.Las parroquias ofrecieron además
la tradicional misa a puerta cerrada y con transmisión por redes sociales. Los fieles consideran el Miércoles de Ceniza como un momento de elevación de la fe y el inicio de la Cuaresma, que simboliza los 40 días que Jesucristo pasó en el desierto practicando ayuno y abstinencia.Los templos religiosos reanudaron actividades el pasado lunes, luego de que el gobierno de Ciudad de México y su zona metropolitana, con 22 millones de habitantes, redujeron la semana pasada el nivel de alerta al descender las hospitalizaciones por covid-19.México, el tercer país más enlutado por la epidemia en números absolutos, contabiliza además dos millones de contagios.