“Con dos pesos ya compraba uno sus cositas...”

Miércoles 08, Marzo 2017 - 12:02 AM
Con una sonrisa en su rostro, Virginia Zavaleta, "niña Giña”, como la conocen, se alista para celebrar su cumpleaños número 100. Desde los 12 años decidió agarrar un canasto y ayudar en su hogar, donde solo eran tres: sus padres y ella. Incluso, no pudo ir a la escuela porque cuando intentó ir, además de la situación económica de la familia, no le gustó que un profesor la regañara."Mejor voy agarrar mi canasto”, dijo, "primero Dios que debo de ganar con este mi canasto, aunque no pueda leer”, dijo riendo la abuela, que a pesar de su avanzada edad recuerda cada episodio de su vida.Ella, junto con otras mujeres de la zona de la autopista a Comalapa salían muy temprano a agarrar verduras y frutas de los camiones, para luego ir a venderlas al centro de San Salvador. Cuando ya estaba instalada, a mediodía se daba su espacio para ir a la iglesia y pedir a Dios por sus cercanos y por su venta.  A la edad de 25 años tuvo a su primer hijo, a quien, con el pasar del tiempo, dejó junto a sus demás hermanos bajo el cuido de su madre, con la esperanza puesta en Dios de que regresaría por la tarde con una ganancia de al menos dos pesos (colones, moneda de El Salvador, hasta el 2001)."La comida era barata, lo que no había era pisto, los hombres gana-ban cincuenta centavos al día, no alcanzaba. Ya con dos pesos compraba uno sus cositas y si hacía mis tres o cuatro pesos, al día siguiente, ya venía más alegre”, relató, mientras volvía a sonreír y alzaba las manos como en señal de triunfo.