De su infancia en las calles de San Vicente a representar a El Salvador en la ópera mundial

Domingo 11, Octubre 2020 - 8:30 PM
Mario Arévalo tuvo que viajar hacia EEUU a muy temprana edad para reencontrarse con su madre; nunca soñó que se convertiría en un cantante de ópera presentándose en diferentes países. Foto: Canal UCR
Desde las polvosas canchas de San Vicente, a cantar frente a numeroso público en diferentes escenarios, así ha sido la vida del salvadoreño Mario Arévalo, quien nunca pensó que la vida lo iba a llevar por diferentes lugares a través de una profesión que nunca imaginó desempeñar: ser cantante de ópera. La suerte de Mario no fue distinta a la de muchos salvadoreños. Su madre se vio obligada a partir hacia Estados Unidos con el objetivo de buscar mejores oportunidades que le permitieran pagar sus deudas, algo que era muy difícil en El Salvador.A los 8 años, tuvo que quedarse con su abuela tras la partida de su madre. Tardaría seis años en volver a verla, un reencuentro que sucedería en el país del norte. Ahora, las polvorientas canchas de fútbol, y su ropa remendada han quedado muy atrás, pero son recuerdos que no se borran de su memoria. Actualmente, Arévalo vive en Nueva York, y relata que su maestra de Inglés como Segundo Idioma (ESL) fue quien lo motivó a buscar una carrera artística. De pequeño soñaba con ser médico, pero la vida lo llevó por otros rumbos. Cantar nunca fue su opción a temprana edad. Ahora, cuenta en su carrera con actuaciones en numerosos escenarios y casas de la ópera en EEUU, así como en Austria, Canadá, Italia, Perú, y en toda Centroamérica.Sin embargo, asegura que no ha sido fácil, no solo porque la carrera conlleva muchos sacrificios; si no que, además, es "muy difícil para los latinos” resaltar en ese ámbito. No obstante, asegura que la ópera "es para todos”, pese a que la cultura popular atrae a los jóvenes con géneros como baladas, bachatas o reguetón. Arévalo también ha participado en el XXII Concurso y Festival Internacional de Canto Lírico, en Perú, donde representó por primera vez a El Salvador. De igual forma, fue nombrado "embajador de buena voluntad para la Cultura y Bellas Artes” por la Asociación de Naciones Unidas de El Salvador.Es también fundador de la organización "Una Voz, Un Mundo”, iniciativa con la cual busca otorgar instrumentos musicales a niños del poblado de San Esteban Catarina, en San Vicente, y también promover el talento musical de las mujeres y minorías. Por el momento, Arévalo continúan viviendo un sueño, uno que nunca imaginó, pero a través del cual pudo superarse y brindar las bases para que otros niños, tal como él lo fue en San Vicente, puedan también hacerlo.